El Museo Alcide d’Orbigny celebra su 14 aniversario
Ricardo Céspedes (*)
El domingo 29 de enero pasado, el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny en Cochabamba festejó 14 años al servicio de la ciencia boliviana.
En 2003, se dio inicio a una actividad de investigación científica continua muy importante, dedicada a la conservación y puesta en valor del patrimonio natural nacional. Durante todos estos años, se realizaron varios proyectos de investigación que permitieron a la institución científica ser considerada como una de las más prestigiosas del país (Institución Científica Autorizada), aportando con buenas iniciativas para la preservación de la naturaleza y para el desarrollo de nuestra nación.
Desde su creación, el museo se ha caracterizado por ser una de las organizaciones en constante crecimiento y accesible a todos, con políticas claras de apoyo a la investigación científica en beneficio del desarrollo de la sociedad y, sobre todo, un referente educativo, de recreación y esparcimiento.
A la fecha. el Museo d’Orbigny ha desarrollado 63 proyectos de investigación, ha generado 103 convenios, siendo reconocido por Academia Nacional de Ciencias como “Repositorio Nacional de Referencia y de Preservación de la Biodiversidad” e “Institución Científica Autorizada Pública” por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua. Y hoy, para orgullo de los cochabambinos, es “Patrimonio Cultural, material e inmueble del Estado Plurinacional de Bolivia”.
Cerca de 60.000 ejemplares
En el museo contamos con uno de los equipos de profesionales más selectos y comprometidos con la ciencia boliviana, compuesto por 12 investigadores y 35 auxiliares de investigación y comunicación.
Durante este tiempo, se han recibido a más de 420.000 visitantes; se han realizado 2.730 actividades educativas, como talleres, exposiciones, seminarios, congresos, entre otros.
Es por esto que el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny es una de las instituciones más importantes de Cochabamba, teniendo una responsabilidad de transmitir y conectar a la sociedad con la actividad científica y su entorno natural, como la diversidad biológica que los rodea.
Sin embargo, sólo una mínima parte de los miles de ejemplares que albergan las colecciones del museo se exhiben al público en sus vitrinas, ello por razones de espacio.
Sin embargo, las colecciones científicas son la razón de ser de los museos de historia natural y constituyen una herramienta insustituible para documentar la investigación científica y la biodiversidad.
En 2003, esta institución comenzó con 12.000 muestras científicas y a la fecha este número ha aumentado a 58.685 ejemplares catalogados. Estas colecciones se han ampliado a todas sus áreas de investigación científica, siendo el más reciente ingreso a la colección de más de 5.000 ejemplares de mariposas diurnas bolivianas, como parte del proyecto “Diversidad, Conservación y Ecología de las Mariposas Diurnas de Bolivia”, desarrollado por Yuvinka Gareca, investigadora de nuestra institución, y la colección de taxidermia donada por la familia Weiss.
Importancia del museo
Debemos recordar que los museos son instituciones muy importantes para la sociedad, no sólo porque conservan el patrimonio de las naciones, sino por su potencial educativo que se encuentra a disposición de todos y no solamente beneficia a un barrio, ciudad o metrópoli sino también a las distintas provincias, ya que escuelas de esos remotos parajes pueden beneficiarse de las exposiciones y el material didáctico del museo.
Así mismo, beneficia a visitantes extranjeros, permitiendo que la información museística llegue al mayor número de personas nacionales y del mundo, sin límites de edades, de conocimiento, de formación y de intereses. Todos los visitantes salen del recorrido con nuevos conocimientos que permiten estimular importantes emprendimientos que los visitantes puedan realizar en un futuro (académicos o de desarrollo), mostrando que el museo es una de las más valiosas instituciones de socialización de la ciencia, volviéndose entonces una de las herramientas más importante para la educación formal y no formal.
Los Museos de Historia Natural son espacios destinados a la conservación no sólo de las muestras físicas de minerales, fósiles, plantas y animales, sino son bibliotecas del conocimiento científico del hombre sobre biodiversidad pasada y presente.
La reconocida labor y la importancia de los museos los convierte en verdaderos repositorios del conocimiento científico y son los más importantes custodios del patrimonio natural y cultural.
El Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny de Cochabamba compite en Sudamérica con antiguos y renombrados museos como el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, con 204 años de existencia; el Museo Nacional de Historia Natural Quinta da Boa Vista del Brasil, con 148 años; sin embargo, por su labor, se transforma en 2014 en una de las instituciones científico-cultural más importante de América.
Aunque Bolivia no cuenta actualmente con las facilidades necesarias para mantener colecciones científicas bien conservadas y espacios para exponerlas, el domingo 20 de septiembre del año 2015 en este mismo matutino, hubo un compromiso serio del actual Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba al incluir en sus planes operativos la modernización y construcción de la Infraestructura del Museo Interactivo de Historia Natural Alcides d’Orbigny y un Planetario, que corresponden a Proyectos de Impacto para la Zona Norte.
Esta nueva infraestructura permitirá no solamente resguardar nuestro patrimonio, sino el desarrollo de la investigación científica, convirtiendo a Cochabamba en el centro más importante en ciencias naturales del país.
No podemos mostrar todo
Con logros importantes en la investigación sobre la Historia Natural de Bolivia se consiguieron resultados importantes, como en Paleontología el inventario de las localidades paleontológicas más importantes de Cochabamba, destacándose la región de Vila Vila con el hallazgo de plantas, anfibios, serpientes, reptiles y mamíferos fósiles de 65 millones de años.
Debido a su importancia mundial, muchas de estas investigaciones fueron financiadas por National Geographic y un corto video gráfico en la serie “evolución de los mamíferos”, difundida a nivel mundial. Con los hallazgos de grandes mamíferos cuaternarios en varias regiones (Ansaldo, Huaiculi, Sacaba y Sacabamba), se pudieron rescatar a grandes esqueletos que, lamentablemente, por poco espacio de exhibición, no podemos mostrar completos al público, destacándose un esqueleto parcial de Megaterio (Megatherium parodii) con más de seis metros de largo o un gigantesco gliptodonte Panochthus sp. de 1,60 de alto y 3,50 metros de largo, similares a los expuestos en el Museo Paleontológico de Tarija.
Varios otros ejemplares que actualmente se encuentran en preparación podrían ser expuestos en vitrinas.
El espacio sigue siendo nuestro mayor obstáculo, requerimos de manera urgente una nueva infraestructura para albergar a estos fósiles, también últimamente se limpiaron importantes ejemplares como el caso de una de las más primitivas serpientes del paleoceno de 65 millones de años, que se encontró en Cochabamba; o un cráneo de cocodrilo, nuevo para la ciencia, que actualmente está siendo estudiado por Stephane Jouve, del Museo de Historia Natural de París.
En entomología se logró el registro de mariposas diurnas a nivel nacional, llegando a tener una de las colecciones de referencia más importantes de Bolivia, con alrededor de 14.400 ejemplares entre diurnas y nocturnas, que, lamentablemente, por la falta de espacio, solamente podemos mostrar al público el 0,5 por ciento de nuestra colección.
Dentro de nuestras colecciones se guardan más de 140 individuos en taxidermia, entre aves, grandes mamíferos —como jaguares o la colección de Fernando Weiss colectada en los años 80 y taxidermizadas por el famoso naturalista Steinbach— que podrían enriquecer la exhibición en un futuro.
Queremos, en un futuro, mostrar a nuestros compatriotas no solamente los resultados escritos de nuestras investigaciones científicas, sino en forma didáctica e interactiva toda la riqueza natural que tenemos y debemos preservar.
(*) El autor es Director del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny.