Juan Antonio Morales: Dependencia de los hidrocarburos, un "riesgo elevado"
LA PAZ |
El economista Juan Antonio Morales afirmó este lunes que la dependencia de las exportaciones de hidrocarburos y metales, que representan un 80 por ciento de las ventas de Bolivia al exterior, supone un "riesgo sumamente elevado" para la economía nacional.
En una cátedra magistral con la que la Unidad Académica de La Paz de la Universidad Católica Boliviana dio inicio al primer semestre de 2012, el Docente Meritorio de la misma casa de estudios dijo también que Bolivia no está a salvo de la crisis económica internacional.
"Más del 80 por ciento de nuestras exportaciones son de hidrocarburos y de metales que representan el 34 por ciento del PIB. El valor en riesgo es sumamente elevado. Si perdemos los mercados de Brasil y Argentina, la obsolescencia de nuestro gas natural aparecerá con gran nitidez", alertó el economista.
Por otra parte, advirtió que "la crisis en la que están las economías avanzadas se puede transmitir a nuestros países, incluyendo a Bolivia, a través de sus efectos en las economías emergentes como las de China, India y el Brasil".
"Los efectos serían en cascada. Sea por un crecimiento más lento de las exportaciones o por las dificultades de financiamiento, las economías de los países emergentes podrían experimentar una caída en sus tasas de crecimiento", sostuvo Morales.
"Si las economías de los países de economía avanzada entren en recesión -prosiguió-, el precio del petróleo, de los metales y de los granos afectaran a sectores productivos de todo el país. La economía boliviana está muy ligada a la economía de los países vecinos, en especial, a la del Brasil, importante mercado de destino de las exportaciones bolivianas. Un menor dinamismo de la economía brasileña tendría una incidencia negativa muy significativa en el crecimiento boliviano y en nuestras cuentas fiscales".
Sin embargo, se mostró optimista en tornos a las condiciones general de la economía y afirmó que, "a pesar de gestiones económicas mediocres", están dadas las condiciones para "un despegue de la economía boliviana" y para "dejar atrás la pobreza".
"Hay un alineamiento de condiciones favorables que hay que aprovechar. Hay todavía por delante grandes desafíos", afirmó Morales.
Según el economista, el progreso boliviano de los últimos años tuvo su origen en "la conjunción de las reformas económicas, especialmente las de la década de los noventa, y un contexto internacional extraordinariamente favorable, el mejor desde el nacimiento de Bolivia como país independiente".
"A mediados de los ochenta -recordó- se estabilizó dramáticamente la economía y desde entonces no se ha vuelto a perder el control de la inflación. En la década de los noventa se llevaron a cabo reformas estructurales de gran profundidad, aunque sus resultados positivos recién aparecerían en el siglo siguiente. No se puede subestimar la importancia y los alcances de esas reformas".
Morales agregó luego que "la primera década del siglo XXI fue casi perfecta, no obstante que se comenzó mal, con las prolongaciones de la crisis económica regional de 1999", y que a partir del 2003 el contexto externo mejoróa notablemente.
"Los precios de las materias primas de exportación subieron mucho más allá de lo que se esperaba. El país no sólo se ha estado beneficiando del auge de precios de exportación sino también del dinámico crecimiento de los países vecinos, que le ha servido de locomotora", dijo el también ex presidente del Banco Central de Bolivia.
Recordó al respecto que el PIB per cápita boliviano "ha crecido todos los años desde 2002, y desde 2004 a un alto ritmo. Son nueve años consecutivos de crecimiento, a pesar de la crisis financiera internacional del 2007-2009".
"La bonanza actual tiene que convertirse en un desarrollo sostenido. Sería una lástima que desperdiciemos la excepcional coyuntura actual y lo que ya se ha conseguido como desarrollo económico. Para lograr este crecimiento sostenido y para reducir la pobreza hay todavía asignaturas pendientes como la diversificación de la economía, el reforzamiento de las instituciones de la democracia y una mayor equidad en la distribución del ingreso", subrayó.
Morales también advirtió sobre el déficit democrático. "Ganar elecciones es democrático pero tratar de aplastar a la oposición, aún electoralmente, para no dejarle espacio alguno, ya no lo es", sostuvo.
"Con un control total del Poder Legislativo -prosiguió- las decisiones ya no nacen de negociaciones políticas, donde las mayorías tratan de persuadir a las minorías, sino de rodillos parlamentarios. Regímenes de partido único sienten la tentación autoritaria si y son horriblemente ineficientes y son incapaces de proporcionar a la población bienes públicos y las orientaciones para la acción que requiere".
Luego de señalar que "los derechos a la vida y a la libertad tienen primacía y son innegociables políticamente, aún si hay gobiernos de mayorías", dijo que las "violaciones sistemáticas de estos derechos no sólo que afectan a la calidad de la democracia sino que dan lugar a una gran inestabilidad jurídica, lo que conduce a incentivos perversos para los agentes económicos".
"Desde un punto de vista social una sociedad democrática se caracteriza por tener pesos y contrapesos para la toma de decisiones. Los poderes compensatorios aumentan la eficiencia de los gobiernos al tamizar las ideas para impedir que se cometan errores groseros. Una sociedad democrática también se caracteriza por sus redes de seguridad para proteger a los más pobres y a los que han tenido menos suerte", señaló.
"Las reglas de juego que nos están faltando", afirmó en otra parte de su cátedra, "son las que permiten la emergencia de un empresariado moderno, con responsabilidad social, que aproveche al máximo las oportunidades de la tecnología y que invierte en productividad. Nos está faltando un empresariado que no le tema a la competencia, que no sea dependiente del poder político y que esté dispuesto a incursionar en los mercados de exportación, con productos con valor agregado y con un alto componente tecnológico".