Optimismo en Chile por acuerdo para cambiar Carta Magna
El Congreso chileno alcanzó un acuerdo histórico ayer para convocar en abril de 2020 a un plebiscito para reemplazar la Constitución vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un paso recibido con euforia por el mercado tras casi un mes de estallido social.
“Fue un enorme acuerdo que le permitió a las diferentes fuerzas políticas conversar, dialogar, hacer presente sobre el odio (y) la prepotencia, el diálogo (y) la democracia”, dijo la vocera oficial Karla Rubilar.
Eso “finalmente ha logrado dar una señal de unidad de trabajo conjunto que hoy día todos valoramos”, agregó.
El acuerdo reunió a gran parte de las fuerzas políticas del país, a excepción del Partido Comunista, que horas después, sin embargo, confirmó que participará del plebiscito por una nueva Constitución.
El mercado recibió el pacto con optimismo. La Bolsa de Santiago se disparó y cerró con un alza de 8,09 por ciento, el mayor incremento diario en 10 años, mientras que el peso chileno se recuperó 3,2 por ciento.
Jaime Bassa, profesor de Derecho en la Universidad de Valparaíso, evaluó que “el acuerdo por una nueva Constitución es histórico y una muy buena noticia”.
Ricardo Belmar, administrador de una ferretería de 54 años, dijo en tono de festejo: “Es un día histórico. No teníamos una Constitución hecha por el pueblo; era una Constitución hecha entre paredes”.
La consulta de abril de 2020 incluirá dos preguntas: si se quiere o no una nueva Constitución, y qué tipo de órgano debería redactar esa nueva Constitución: una “comisión mixta constitucional”, una “convención constitucional” o una Asamblea constituyente. En casi 30 años de democracia, nunca prosperó ninguna iniciativa para cambiar de raíz la Constitución, principalmente por la oposición de la derecha en el Congreso.
Un grupo de manifestantes volvió a reunirse por la tarde en la plaza Italia, epicentro de las concentraciones.
El acuerdo se alcanzó tras casi un mes de protestas en reclamo de reformas sociales al gobierno de Sebastián Piñera
ACEPTAN LA RENUNCIA DEL JEFE DE INTELIGENCIA
EFE
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, aceptó la renuncia del hasta ahora director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), Luis Masferrer Farías, quien decidió poner su cargo a disposición en un contexto de críticas hacia su labor por no prever el estallido social del país.
El presidente nombró en el cargo a Gustavo Jordán Astaburuaga, quien en 2005 se desempeñó como director de Inteligencia de la Armada, informó ayer el Ministerio del Interior a través de un comunicado.
Piñera criticó días atrás el desempeño del servicio de Inteligencia y en una entrevista con el diario local El Mercurio dijo que “no estaba funcionando bien” y que requería “una profunda reforma”. La labor de Inteligencia quedó en entredicho por no haber logrado anticipar la quema y destrucción por parte de supuestos grupos organizados en poco tiempo.