El peso y las acciones argentinas se derrumban tras el triunfo electoral del peronismo
El Gobierno de Javier Milei agitó durante semanas el temor a una victoria electoral del peronismo que desbaratara el rumbo económico de su gobierno y atribuyó al “riesgo kuka”, por el kirchnerismo, la depreciación del peso durante las semanas de la campaña electoral.
La derrota aplastante del mileísmo —por un inesperado margen de 13,5 puntos— desató un lunes negro financiero.
El peso abrió en caída libre hasta llegar a los 1,460 pesos por dólar, casi un 6% menos que el pasado viernes, aunque después moderó el golpe y terminó en 1,425 pesos por unidad.
Las acciones de las empresas argentinas en Wall Street se desplomaron hasta un 21% y el riesgo país —el diferencial que paga argentina por sus bonos con respecto a los de Estados Unidos— se disparó hasta los 1.100 puntos.
Los mercados dieron su veredicto negativo al resultado de una elección que debía ser menor —se elegían solo legisladores provinciales y concejales— hasta que el presidente argentino la convirtió en una batalla a muerte contra la oposición peronista.
En vez de poner el “último clavo en el cajón del kirchnerismo”, como había prometido, sucesivos errores propios lo resucitaron.
En su discurso de la noche electoral, Milei reconoció la derrota y anticipó cambios en su estrategia política, pero no económicos: “No se retrocede ni un milímetro en la política del Gobierno, el rumbo lo vamos a acelerar más”.
Su ministro de Economía, Luis Caputo, lo reafirmó a través de las redes sociales: “Nada va a cambiar en lo económico. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario, ni en lo cambiario”.
Los mercados lo dudan
El Gobierno ya cambió su política monetaria la semana pasada, cuando diseñó en la práctica el sistema de bandas de libre flotación del dólar pactado con el Fondo Monetario Internacional y comenzó a intervenir en el mercado cambiario para evitar un desplome del peso que disparara los precios.
Si la venta de dólares para sostener la moneda nacional se acelera ahora, en especial en las semanas que faltan para las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre, el magro colchón de Argentina para pagar los próximos vencimientos de deuda se adelgazará todavía más.
El temor a futuros impagos de Argentina espanta a los inversionistas, que por ahora apuestan por la cautela.