Ortiz: Fondo Indígena es la traición del Gobierno
La historia del Fondo Indígena, que se creó para beneficio de los pueblos más vulnerables, es la crónica de una traición a aquellos que depositaron su confianza en un partido al que llevaron al Gobierno, y traición al pueblo boliviano porque sus representantes no cumplieron su promesa de proceso de cambio.
La afirmación corresponde al senador de Unidad Demócrata (UD), Óscar Ortiz, durante la presentación, anoche, en la Casona Santiváñez, de su libro “Crónica de una traición. Investigación del Fondo Indígena”.
Según Ortiz, su tesis de traición queda confirmada en el libro de más de 400 páginas, en el que se demuestra el manejo discrecional de más de 730 millones de bolivianos en más de 1.110 proyectos presuntamente destinados a poblaciones indígenas. Sin embargo, según Ortiz, más de 545 millones fueron adjudicados de manera irregular.
De los 1.110 proyectos, sólo 107 fueron ejecutados hasta el final y más de la mitad tienen irregularidades. Además, 692 millones de bolivianos, por 1.048 proyectos, fueron transferidos a cuentas particulares, pero “hasta hoy no hay un solo informe de auditoría”, explicó. La única ministra presa es Nemesia Achacollo, cuando había al menos cuatro ministros que formaban parte del Directorio, añadió.
“¿Cómo es que algo así puede ocurrir? La única respuesta posible es que hay un diseño para evitar cualquier tipo de control, facilitar la transferencia de recursos hacia grupos electoralmente afines, un modelo en que un grupo de organizaciones es juez y parte, aprueban los proyectos, los ejecutan y los fiscalizan, ellos mismos”, explicó.
Además, según Ortiz, la investigación demuestra que los desembolsos se incrementan en períodos anteriores a elecciones, referendos o después de un problema en el que se necesite apoyo. “No es el proceso de cambio que pidió el pueblo boliviano. Por eso hablo de una traición”, concluyó Ortiz.
Por su parte el investigador Diego Ayo, autor de otro libro sobre el mismo tema, a modo de comentario de la obra, dijo que el Fondo Indígena devela un “modelo perverso de acumulación de capital para generar nuevos ricos”. “El Fondo Indígena no está diseñado para ayudar a los pueblos indígenas, sino para generar lealtades, para comprar gente”, dijo, a tiempo de explicar que hay 56 directores en la cima de este clan.
Por su parte, José Antonio Quiroga, el representante de Plural Editores, que publicó el libro, opinó que el Fondo Indígena debió ser una herramienta para apoyar a un sector excluido. “Pero ocurrió lo contrario: no sólo no hubo políticas públicas que favorecieran a campesinos e indígenas, sino que el Gobierno los subordinó a ambos”.