¡No le achuntan una!
El manejo de la política exterior del Gobierno del presidente aparente, es deleznable. Si bien no es novedad que el MAS utilice el Servicio Exterior para premiar a los que se portan bien o para bajar el perfil a algún miembro de la cúpula sin dejar de pagarle con recursos públicos, la actual gestión se está luciendo con una cadena de errores y, además, tiene una tarea muy complicada: intentar convencer al mundo del cuento del golpe.
Aún antes de que el MAS inicie la campaña comunicacional del cuento del golpe, la gestión del canciller Mayta empezó mal con la destitución del 90% de los diplomáticos de carrera y con experiencia, para sustituirlos, probablemente, por personas afines o para cubrir la alta demanda de cargos públicos que tienen los “movimientos” ya que el binomio oficialista comprometió “atender las demandas de las bases” para continuar el proceso de cambio… de cambio de la meritocracia por la llunkucracia.
Este es un tema de fondo, porque el Canciller no es diplomático de carrera y la gran mayoría de los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores –si es que queda alguno– tampoco lo son, entonces, la orientación de la política exterior de nuestro país está hiper ideologizada y en manos de diletantes.
Si bien era obvio que iban a retomar las relaciones con los gobiernos afines, antiguos miembros de la estertórea ALBA, no era previsible que dañen las relaciones con los países con quienes Bolivia ha tenido históricamente muy buena relación.
Por su necesidad de darle un asidero a la narrativa del “golpe”, han llevado adelante una serie de acciones que dañan las relaciones de Bolivia con el mundo: han anunciado acciones legales contra Luis Almagro, Secretario General de la OEA y el canciller Mayta públicamente le pidió “rendición de cuentas”; cuestionaron el rol que asumió el embajador de la Unión Europea durante la crisis política de 2019, sin ningún asidero; acusaron de injerencia a gil y mil, y entre ellos al embajador de Gran Bretaña; pidieron “explicaciones” a los embajadores de Estados Unidos y Brasil…
Un diputado del MAS, mandó a Keiko Fujimori a postularse al Japón, y, ahora, el pronunciamiento prematuro sobre los resultados electorales en el Perú otra vez nos deja mal parados: la Cancillería de Perú envió una nota de protesta a nuestra embajada en Lima, porque el presidente aparente ya felicitó a Castillo antes de que concluya el proceso electoral ¡No le achuntan una! Lo triste es que quedamos en ridículo como país, no es solo el Gobierno.
El asunto no es de simple imagen-país, ni siquiera es el ridículo, es que el Gobierno de turno –porque todos los Gobiernos son de turno, siempre pasan–, está dañando las relaciones de Bolivia con el mundo y solo cuida las relaciones con las autocracias del planeta, con los países cuyos gobiernos son autoritarios e ilegítimos, cuyas elecciones son manipuladas –¿será que de ahí viene el know how?–-, gobiernos que se dicen democráticos pero que actúan de manera autoritaria y de paso, con múltiples y probadas denuncias de corrupción. Esos son los “amigos” del régimen, solo cuidan las relaciones con ellos y prefieren hacer negocios con ellos.
Por eso, la mayoría de las vacunas que llegan son chinas o rusas, porque los convenios con esos países tienen adendas confidenciales, en las que se les cede de todo. Dice Humberto Vacaflor que a cambio de las Sputnik V el gobierno cedió minerales raros a los rusos. ¿Qué le estarán cediendo a los chinos a cambio de la Sinopharm?
La autora es analista política
Columnas de JIMENA COSTA