Crecimiento económico: ¿Culinaria estadística o falta de argumentos?
En recientes declaraciones publicadas por un diario nacional y también en un medio televisivo, Gonzalo Chávez arremete contra las cifras de crecimiento de la economía boliviana. A estas alturas, y ante la falta de argumentos para continuar desestimando los indicadores de recuperación de la economía, ya no sorprende que se recurra a argumentos falsos, pero señalar que se están “cocinando los datos” es un tema muy serio e irresponsable de parte de Chávez.
Así, a fin de aclarar el tema y desmentir categóricamente las malintencionadas declaraciones de Gonzalo Chávez, primeramente, se precisa que las cifras del Índice Global de Actividad Económica (IGAE) no se generan a pedido o por solicitud externa como Chávez insinúa. El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas es simplemente usuario de la información producida por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y no interviene en la producción de dichas estadísticas.
Para la construcción del IGAE el INE sigue procedimientos de recolección y elaboración específicos, bajo lineamientos metodológicos definidos y que se encuentran publicados y al alcance de toda la población en la página web de dicha institución.
Asimismo, el IGAE se genera en base a la información recolectada de los propios sectores de la economía, es decir, con datos provenientes de los mismos rubros de la industria manufacturera, de la minería, del sector de transporte, entre otros, además de información indirecta colectada a través del método de corriente de bienes, como se señala en el documento metodológico del indicador, el cual por responsabilidad debió haber sido revisado por Gonzalo Chávez antes de emitir tales declaraciones.
Igualmente, al ser un indicador proxy del nivel de actividad económica (mide una variable distinta a la que nos interesa de manera específica, pero presenta una relación lo más directa posible con el fenómeno en estudio N. del E.), el IGAE debe guardar y mostrar consistencia entre los resultados de todas las actividades que lo componen, por lo cual cualquier tipo de alteración sería detectada.
Finalmente, la recuperación de la economía boliviana no sólo se refleja en los resultados del IGAE, que muestra un importante crecimiento de 8,7% a junio, sino que está respaldada por un conjunto de indicadores que provienen de diferentes fuentes públicas y privadas, y de distintos sectores, tales como el crecimiento, de 65%, del número de empresas inscritas a julio; el ascenso en un 17% de las recaudaciones tributarias a agosto; el incremento en un 109% de la inversión pública a julio; el aumento en 59% de las exportaciones, en 29% de las importaciones y una balanza comercial positiva de 1.090 millones de dólares a julio; la mejora de las ventas de restaurantes en 22% al mismo mes; el crecimiento en 8% del consumo de energía eléctrica de la industria a junio; el descenso de la tasa de desempleo hasta 6,4% a julio; entre otros, que muestran el visible retorno de la economía boliviana a terreno positivo.
Por lo tanto, no hay lugar para manipulaciones ni pedidos a la carta como ironiza bajamente Chávez, intentando desacreditar no sólo el IGAE y la recuperación sino también la labor y ética de las instituciones públicas referidas, un instrumento que emplea ante la falta de argumentos y la negación de los evidentes indicadores de recuperación económica.
Una actitud ya conocida de Gonzalo Chávez, que además durante los 14 años de vigencia del Modelo Económico Social Comunitario Productivo no pudo acertar en ninguno de sus vaticinios y que ahora incluso cae en llamativas contradicciones, como su posición sobre el tipo de cambio.
La autora es economista en el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas
Columnas de CLAUDIA RAMOS C.