Bolivia vs. Bolivia
¿Quién puede adelantar lo que ocurrirá esta semana?
Luego de la semana pasada, imprevisible por la escalada de la violencia policial y de la reacción social que se produjo, el Gobierno ha acudido a razones discursivas difíciles de creer, inclusive para su propia gente, y se ha visto obligado a abrogar la Ley 1386. La estocada final, a su estilo, la dado el propio Morales diciendo que “hay que reconocer que nadie conocía (los) anexos de la Ley 1386, (que) afectaba a la economía informal” y por ello elogiaba la decisión del presidente Luis Arce de abrogar la norma “escuchando al pueblo”.
Circula en las redes la grabación de una dirigente del MAS que expresa: “No me siento triste, no nos sintamos desanimados, ‘lecturando’ (sic) bien los mensajes que han dado los dirigentes, para nosotros es una victoria; puede parecer una derrota, pero no lo es. Viendo estratégicamente la decisión que el Gobierno ha tomado, es una decisión correcta (para detener) a los ‘golpistas.”
Esa decisión fue precedida por la suspensión de una parada militar que debía realizarse en Santa Cruz, y en las otras capitales departamentales, el sábado 13 en una celebración inusitada para la que se había trasladado tropas y equipos pesados, y que estaba siendo acusada de provocación.
Según portavoces de muchos de los que participan del paro multisectorial, la decisión gubernamental —escuchada con dudas mientras no se haga efectiva en el Parlamento— será la señal para “(programar) la derogación del paquete de leyes, más la reposición de los 2/3” de votos necesarios para sancionar leyes en el Legislativo. El ministro Lima se ha adelantado a declarar que “si no paran los conflictos, se denotará intentos de desestabilización ya que después del anuncio de la abrogación de la Ley 1386 las movilizaciones deberían cesar.”
Lo más llamativo de este escenario son las declaraciones del político gubernamental que se había caracterizado por la mesura y la reconciliación. El vicepresidente Choquehuanca ha señalado que “todo tiene su límite: no despierten la ira del inca”, sumándose a ello el ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, quien desde Sucre lanzó una advertencia en medio del conflicto: “Cuidado (que) el pueblo se levante, ahí habrá otra vez enfrentamientos”.
El arte de la negociación es precisamente encontrar soluciones creativas cuando más complicado aparece el panorama. Se trata de partir de premisas básicas, búsqueda de consensos, acciones de paz, conductas pacificadoras que cuando se realizan con decisión y voluntad, logran su objetivo. El dejar que los problemas busquen su propio tensionamiento o solución por el cansancio no es un camino responsable. Estoy pensando en la marcha indígena que frente a este volumen de sucesos pareciera desaparecida luego de 33 días en carretera caminando y más de un mes de espera…
Por otro lado, la inagotable locuacidad de Evo Morales ha incorporado un nuevo elemento de debate cuando no se lo esperaba: la posibilidad de realizar un referéndum que defina la voluntad del pueblo boliviano de instaurar el federalismo en el país.
Como el tema no me es extraño y sabiendo la importancia que tiene, sugiero tres definiciones previas: resolver en un escenario de concertación y debate los problemas de la coyuntura, pues si el MAS está dispuesto a dar un salto tan osado debe demostrar ser consecuente en la práctica y allanar un debate que puede ayudar a resolver los problemas, en paz y democracia. En segundo lugar, el presidente Arce debe decir su palabra sobre el federalismo. Lo dicho por Morales ¿es una propuesta del MAS o del Gobierno? Y, finalmente, que cualesquiera sean las decisiones, el tema, al estar planteado y abierto, necesita un debate en el marco de los nueve departamentos para que cada uno vaya definiendo su posición frente al nuevo escenario.
Como estamos viendo, lo que ocurre es muy rico en elementos para el análisis político, pero altísimamente desgastante para la sociedad que, además de la crisis económica que soporta, la salud que se complica, debe soportar además un nuevo sacrificio por la tensión política mezclada con violencia.
No podemos perder la convicción por la paz y continuar en sus caminos. Esta semana comprobaremos nuestra convicción y nuestro compromiso por la vida y la paz social.
El autor es director de Innovación del Cepad
Columnas de CARLOS HUGO MOLINA