Guirnaldas en mi cuello
El autor es activista del Colectivo No a la tala de árboles en Cochabamba
Las guirnaldas son consideradas como un símbolo de agradecimiento, afecto, felicitación o reconocimiento que se entregan generalmente a personas como autoridades, gobernantes, deportistas, políticos, etc., a quienes se les valora por haber realizado un hecho destacado, entregado una obra significativa o cuando un boliviano retorna por haber conseguido algún laurel o un logro, que resalta el nombre de nuestra querida patria.
A lo largo de todos estos años vemos cómo esta práctica es muy recurrente en nuestro medio, donde las guirnaldas son hechas de ramas entretejidas con flores en forma de corona y entregadas a autoridades o personajes, lanzando cantaritos con alguna bebida alcohólica como la chicha en festejos o eventos públicos.
El domingo de pascua, terminando la Semana Santa, un grupo de voluntarios perteneciente al Colectivo No a la tala de árboles en Cochabamba nos hicimos presentes en la plaza principal de Pocona, un municipio ubicado a 141 kilómetros de nuestra ciudad, con el objetivo de hacer incidencia para la protección de uno de los árboles más emblemáticos del lugar y también para rendirle homenaje, recordando su importancia para la Tierra e incluso la dotación de oxígeno que favorece diariamente a cada ser humano y ser vivo.
En dicho lugar estaba planificado realizar un sencillo homenaje por el aniversario del Colectivo cuando un abril de 2016 varios ciudadanos “querendones” de la naturaleza, del medio ambiente, convocaron a una reunión en la plaza Cobija para hacer incidencia sobre la importancia del cuidado de los árboles en nuestra ciudad. A lo largo de todos estos años, gracias a esta iniciativa, se está cambiando la mentalidad de los ciudadanos hacia el respeto a los árboles. En todos estos años, se han encontrado muchas respuestas positivas, pero también algunas respuestas hasta agresivas, todo por intereses personales de aquellos que lucran con el cemento y que a nuestras principales “compitas”, como así nos llamamos, las amenazan, las insultan y les ponen una serie de adjetivos calificativos, etc., cuando se trata de defender cada arbolito que hay en nuestra ciudad.
Una vez que estuvimos en dicha plaza que, por supuesto, es una de las mejores que existe en Cochabamba; una comitiva de pobladores, autoridades, profesores, etc. nos hicieron un grato recibimiento sumándose al homenaje a los árboles y grande fue nuestra sorpresa cuando nos entregaron unas guirnaldas hechas con varias flores como dalias, Santa Rita, Dama de la Noche, etc., elaboradas por los pobladores del lugar.
Me sentí el hombre más feliz del mundo, ya que nunca me habían entregado un detalle tan lindo y tan significativo, pero aún más por el cometido que tenía nuestra visita que en ese momento estuvimos representando a todo un colectivo ecológico, un grupo de personas que sin ningún interés político y/o partidista pretende seguir defendiendo, plantando, cuidando, etc. a uno de los seres vivos más hermosos que tenemos en este planeta Tierra: los árboles.
Considero que ser premiados con una guirnalda de flores debe ser uno de los honores más grandes que uno recibe, por hacer algo bueno por la comunidad en general. Es una forma de motivar en el compromiso comunitario, personal y se lo debe respetar honrando con acciones, compromisos, hechos a favor de cualquier causa, en este caso la defensa de la naturaleza en Pocona, una de las comunidades más hermosas por sus árboles gigantescos como cedros, ceibos y cuya data va más allá de los 500 años. También nos impresionamos al ver un par de eucaliptos igualmente gigantescos y que este “paraíso en la tierra” también tiene una “guirnalda de árboles y flores para la tierra” y que además podría convertirse en un lugar ecoturístico por las bondades que ofrece para atraer a muchos turistas de todo el mundo y de esta manera se podría lograr mejores ingresos económicos para el municipio de Pocona.
Una vez realizado este simpático acto de entrega de las guirnaldas de flores, caminamos muy orgullosos y felices de haber llegado a la plaza de Pocona conjuntamente con los otros representantes de este grupo ecológico que lo único que buscamos es ser empáticos con los otros cohabitantes de esta tierra.
Ya de retorno a nuestra ciudad en horas de la noche, me puse estas preciosas guirnaldas y “muy alaraco y presumido” entré en mi casa con mi lindo trofeo que motiva, compromete a hacer acciones y actividades para el cuidado del medio ambiente.