¿Cuánto se ha perdido con el paro?
Desde hace semanas, me entrevistan sobre los efectos del paro y la pregunta central es cuánto se ha perdido. Mi respuesta, en cada entrevista, es “no sé y nadie te puede decir honestamente”.
Es cierto, esa idea de poner la cifra no exclusiva del periodismo viene también de un manejo irresponsable de cifras, principalmente por parte del equipo económico del Gobierno, que buscaba mediatizar una consigna política disfrazada de análisis técnico.
Por eso, creo que es relevante explicar algunos fundamentos de mi respuesta: 1.- Más allá de la rigurosidad que hayan aplicado o no, quienes se han lanzado a dar cifras lo han hecho con base a datos del PIB de hace un año, y quiero contarles que PIB no es ingreso.
Algunos sectores venden mucho, pero reportan un PIB comparativamente bajo (comercio, por ejemplo) y otros tienen un PIB alto en comparación al ingreso. Equiparar esas dos dimensiones puede llevar a confusiones (uno de los más confundidos al respecto resultó ser el Ministerio de Economía
2.- Aunque el paro se ha levantado, las afectaciones no necesariamente han cesado. Por ejemplo: después del paro, el cerco y las agresiones fiscales y normativas que aplicó el Gobierno Central, el mercado laboral se deteriorará aún más.
Por lo tanto, las expectativas de familias y empresas sobre la estabilidad se deteriorarán. Esto significa gente que gasta menos, negocios que contratarán e invertirán menos y, también, menos impuestos capturados por el Gobierno. Pero predecir cuánto es imposible.
3.- Hay problemas y pérdidas que vienen de antes o se dan independientemente al paro. La sequía que vivimos o las movilizaciones de mineros, cocaleros y maestros, que vimos en el mismo periodo del paro, tienen efectos difíciles de separar del resto
De hecho, uno de los errores crasos que ha cometido el Ministerio (y muchos quienes creen que se puede vivir separado del resto) fue creer que las economías son compartimientos estancos. El PIB de Santa Cruz afecta y depende de lo que pasa en otros departamentos y viceversa
Podría seguir con la lista, pero creo que el punto es evidente: si a uno le interesa el análisis serio, no debe intentar hacer de vidente. Lo útil es identificar los canales de transmisión y las direcciones de los efectos (que no siempre son evidentes).