El modelo está agotado
Los generadores de ingresos de excedente están agotados. El sector hidrocarburos en 2014 producía 5.489 millones de dólares de renta y ha bajado a 2.289 millones.
El sector eléctrico no genera excedentes. Al contrario, Bolivia tiene una oferta de 3.500 MW y solo consume la mitad. El resto se pierde.
El sector minero, si bien ha crecido, no genera rentas para el Estado por los bajos impuestos. El ejemplo emblemático es el oro, que el año pasado exportó 3.000 millones de dólares y solo pagó el 2 por ciento de regalías.
El sector coca-cocaína genera, por año, como 2.000 millones de dólares. Por supuesto, no paga impuestos.
Finalmente, la otra renta está en el sector comercial financiada, en parte por gasto público, y reservas internacionales, que fueron usadas para mantener el tipo de cambio nominal fijo.
La renta generada por la apreciación del tipo de cambio real pasó las importaciones de 3.000 millones de dólares en 2005 a 13.000 millones en 2022. Si a esto sumamos unos 3.000 millones del contrabando, la renta del sector comercial fue de 16.000 millones de dólares.
Durante más de 15 años, el Estado distribuidor colocó el excedente en más de 70 empresas públicas de dudosa rentabilidad, y dilapidó en una burbuja de consumo sobre todo comercial.
Ninguno de los sectores a los cuales el Estado transfirió el excedente, especialmente hidrocarburos, género mayor producción ni aumento de ingresos o impuestos.
La fuente de ingresos de los sectores estratégicos ha bajado significativamente y no se ve ni en el corto y mediano plazo otro sector de recursos naturales que la sustituya. El litio está aún lejos.
El modelo económico del gobierno está agotado estructuralmente, porque no puede generar los excedentes económicos para seguir funcionando. Está en terapia intensiva, buscando transfusión de sangre financiera internacional y queriendo vender las joyas de la abuela para prolongar la agonía.
Columnas de GONZALO CHÁVEZ Á.