Somos unos malagradecidos
Increíble la cantidad de gente que se hace la burla y celebra el retiro de Marcelo Martins Moreno de la selección.
El tiempo pasa para todos y el momento podía llegar, como llegó.
Insultan, le dicen tronco, crudo, a un tipo que en la última eliminatoria terminó como el máximo goleador de la misma por encima de Messi, Neymar, Luis Suárez, etc.
Un futbolista que pudo haber elegido jugar para la selección de Brasil cuando fue convocado y rechazó esa convocatoria porque soñaba con defender los colores de la tierra en que nació.
Un profesional respetado por la gran mayoría de figuras del fútbol y criticado por hombres que, en su mayoría, no son ni titulares con su mujer.
Una parte del fracaso de nuestro fútbol no es sólo de los que juegan en cancha, sino también de los que vamos a la tribuna y no entendemos que el fútbol boliviano es rehén de un sistema podrido hasta la médula.
Gracias, Marcelo, por tu fútbol, por tus goles.
Me hiciste sentir orgulloso por más de una década de ser boliviano.
Siempre profesional donde fuiste, nunca un escándalo de indisciplina, valorizando la imagen del futbolista boliviano.
Tampoco me voy a olvidar de cuando fui a Belo Horizonte y me subí a un taxi, y el conductor me preguntó de dónde era. Y cuando respondí de Bolivia, me dijo: “Mi ídolo es Marcelo Moreno”, y no me quiso cobrar la carrera porque era el primer boliviano al que conocía y él era fanático del Cruzeiro, club donde te quieren y respetan.
Ocurre como casi siempre: más afuera que en tu propia tierra.
Gracias por ser ejemplo para tantos niños que sueñan con llevar esa 9.