Sorpresa: Japón da la nota y alemania queda sin voz
La selección de Japón destapó las carencias de una Alemania que antes de empezar tapó sus bocas ante los informadores gráficos en señal de protesta por no poder lucir el brazalete “one love” y que, luego, fue silenciada en el césped y castigada por no sentenciar cuando pudo y carecer de la pegada de antaño.
Los nipones consiguieron así uno de los grandes triunfos de toda su historia y la segunda gran campanada de Catar 2022 tras la victoria de Arabia Saudí sobre Argentina.
Parecía que un penalti un tanto inocente del meta de Japón y la frescura del joven Jamal Musiala iban a impulsar a Alemania a un triunfo imprescindible en la lucha por los octavos antes de medirse el domingo a la selección española.
Quedó demostrado que la Mannschaft no es ahora mismo la octava maravilla, pese a su solvente clasificación para este Mundial de Catar. Pero con la base del Bayern Múnich, el equipo del que llegó a la selección Flick, es un conjunto poderoso en lo físico y con fútbol y la ambición de siempre. En cambio, Japón le ratificó que no le da para grandes aventuras.
Está liderada como es habitual por Thomas Müller, que encarna el espíritu irreductible de los grandes momentos y dispone de un joven talento que brilló con luz propia. Cuando el futbolista del Bayern dejó el campo junto a Gundogan el equipo se vino abajo.
Los cambios no le dieron fruto alguno a Flick. También retiró, y no le funcionó nada bien, a Musiala, quien con 19 años y 270 días se convirtió en el jugador alemán más joven en jugar una Copa del Mundo desde Karl-Heinz Schnellinger en 1958 (19 años y 72 días).
El plan táctico había sido el previsto. Hajime Moriyasu resguardó a su equipo a la espera de algún contragolpe, circunstancia que estuvo muy cerca de ofrecer sus réditos, y los germanos de Hansi Flick se las vieron y desearon para deshacer la tela de araña.
Los nipones, que ofrecieron el debut mundialista del joven Take Kubo gracias a la buena campaña que está cuajando en la Real Sociedad, fueron disciplinados y solidarios, también como marca su estilo.
Alemania metió una marcha más y sin avasallar, fue poco a poco metiendo en su área a Japón, cuyo capitán, Maya Yoshida, despejó un disparo de Gundogan que se colaba, pero que se vio por detrás cuando el guardameta, que había tenido una magnífica intervención a otro tiro de Kimmich, cometió un penalti un tanto inocente sobre Daum que no desaprovechó el centrocampista del Manchester City.
La diana despejaba un tanto algunas de las dudas que podía haber en los jugadores de Flick y consolidaba su superioridad ante el luchador conjunto japonés, un hueso duro de roer que en cualquier caso no iba a rendirse tan fácil.
El VAR evitó que al descanso se llegara con una ventaja mayor al anular por fuera de juego un tanto de Kai Havertz, y los palos tras el descanso en sendos disparos de Gnabry y Gundogan, sin olvidar cuatro paradas seguidas de Gonda que desesperaron al extremo del Bayern.
Tuvo la sentencia el bloque germano. Desaprovechó sus ocasiones y la inspiración de Musiala. En otros tiempos, más pletóricos, hubiera remachado a su rival seguro. Ahora aún no es lo que era. Dejó vivo al conjunto japonés, que aún se atrevió a mantener en vilo y ha obligar a Manuel Neuer a convertirse en el salvador en un remate de Ito.
Gonda tuvo una cuádruple intervención clave. Japón siguió creyendo a la contra y sus cambios tuvieron la recompensa con los goles de Ritsu Doan y Takuma Asano.
El equipo alemán se tapa la boca en contra de la FIFA
El “once” de Alemania en su debut contra Japón en el Mundial de Catar posó con la mano sobre la boca, en una clara protesta contra la FIFA que ha impedido a los capitanes de los equipos llevar un brazalete en apoyo a la comunidad LGTBI+.
Tras los rumores de que el portero y capitán de Alemania, Manuel Nauer, llevaría el brazalete arcoíris, los jugadores hicieron este gesto a modo de protesta.
Previamente, el segundo asistente del cuerpo colegial acudió a comprobar el brazalete que lucía el portero del Bayern de Múnich.
La FIFA había advertido que sancionaría a los jugadores que mostraran el brazalete propuesto por la asociación “One Love” en protesta por la situación de los derechos humanos en Catar, en particular del colectivo LGTBI+.
El sindicato mundial de futbolistas Fifipro mostró su solidaridad con el gesto de taparse la boca con la mano.