Leonardo Sánchez: “Creo que la poesía no es confesional”
Pedro Leonardo Sánchez Ramírez acaba de ganar el Concurso de Poesía “Edmundo Camargo” con su poemario “El carnaval del pájaro”, del que habla como una búsqueda sobre un lenguaje íntimo desde lo sagrado.
Tiene 28 años y nació en Cochabamba. Sin embargo, asegura que siempre ha considerado que sus orígenes son Tarata y Tiquipaya, lugares en los cuales se ha desenvuelto su infancia y juventud. Actualmente, trabaja en una novela y otros proyectos. En esta entrevista con Los Tiempos, el autor cuenta un poco de su proceso.
- ¿Desde cuándo escribe poesía?
En casa siempre hemos estado muy relacionados al arte. Mi papá y mi mamá nos involucraron desde muy pequeños al espacio de la cultura. Por otro lado, mi abuelo Osvaldo era pintor y poeta, y junto a él aprendí a escribir y, sobre todo, a pintar. Quizás esas bases han permitido que escriba desde niño.
Otro espacio fuera de mi contorno familiar que me permitió expresar las cosas a través de la literatura y la poesía fue el entrar al teatro “Hecho a Mano”, que en ese entonces estaba bajo dirección de Bernardo Frank y creo que aún sigue.
Ese lugar me involucró con personas cuya vida se movía entorno a la expresión artística y quienes, de igual manera, ayudaron en mi trabajo. Mi primer poemario, “Cicatrices”, lo empecé a trabajar a los 17 años y fue publicado recién a mis 24 años.
¿También hace teatro? ¿Desde cuándo?
Lamentablemente, hoy en día mi única relación con el teatro es a través de la lectura, aunque está en mis planes escribir una obra. Pero he hecho teatro desde mis 14 años hasta casi mis 20 en el “Hecho a Mano”. Junto a ellos he viajado a Paraguay y a Tupiza, para diferentes festivales. He participado en distintas obras en Cochabamba.
¿Cuál es la relación entre poesía y teatro?
Me gusta la fugacidad de ambas artes; el corto tiempo que su golpe entrega. Creo que comparten demasiado, sobre todo en cuanto a la musicalidad de la palabra y a la capacidad de mostrarse como celebración.
Hábleme del poemario con el que ha ganado, ¿cuáles han sido sus detonantes?
Creo que la poesía no es confesional, por lo tanto, si me preguntan hoy, “El Carnaval del Pájaro” es una búsqueda, por un lado, de un lenguaje íntimo que pueda relacionar aquello carnal, terrestre con lo sagrado; y, por otro, un intento de resolver el problema de la musicalidad de la palabra. Nuevamente, en ningún momento, durante el proceso de su creación realmente lo pensé de esa manera. Soy un gran devoto de entender a la poesía como el mito de Orfeo: uno baja a la oscuridad para recuperar a Eurídice y, sin embargo, uno regresa con nada o casi nada; tal vez, simplemente, con la necesidad de regresar, de volver a cantar para salvar algo de aquella noche.
¿Cómo concibe la poesía?
Como una búsqueda íntima que merece ser escuchada.
¿Qué significa ganar un premio?
Es una alegría. Finalmente, es un reconocimiento al trabajo artístico que desemboca en una responsabilidad de un autor frente a su obra. Aunque tengo la certeza que, a partir de su publicación impresa, está ya no me pertenecerá; debe sostenerse sola.
¿Cuáles son sus autores de cabecera?
De joven, era Hermann Hesse, sobre todo con Demián y el dulce Benedetti. De adolescente las obras de Sartre y Bertolt Brecht creo fueron lecturas que siempre se hicieron necesarias y de constante revisión. Durante la universidad fue Borges, Hemingway, Mishima, Tolstoi, Lautréamont, Rimbaud, Baudelaire, Blanchot y, sobre todo, Pizarnik, a quien dedique mi tesis. Hoy en día, recién estoy decidiendo quiénes me tienen que acompañar.
¿Qué piensa de la poesía en Bolivia?
Tengo referentes en mi cabeza que me parecen impresionantes en su obra poética, como Edmundo Camargo, Jaime Saenz, Blanca Wiethüchter, Vilma Tapia, Eduardo Mitre y Rodrigo Figueroa. Sin embargo, si debo escoger al más cercano al corazón y a mi escritura, sería Yves Froment, quien tiene un poema hermoso sobre las nubes de Cochabamba.
¿En qué está trabajando actualmente?
Acabo de terminar unos voluntariados en el Museo Nacional de Arte y en el Museo de Etnografía y Folklore; con quienes estoy más que agradecido. Estoy terminando una novela titulada “La fiesta”, la cual será publicada este año.
Igualmente, trabajaré dentro de la organización del Concurso Nacional e Internacional de Pintura al Vivo “Osvaldo Sánchez Terrazas” en Tarata. Finalmente, quiero acabar con mi maestría de Museología y Museografía.