Silvi Guzmán: “Uno puede lograr sus sueños haciendo lo que le gusta”
Con 27 años, Silvi Guzmán lleva casi una década dedicando su vida a trabajar para sus hijos y a la vez perseguir sus sueños. Es emprendedora y más conocida como maquilladora.
Actualmente trabaja en dos emprendimientos, pero empezó como maquilladora apenas salió del colegio. Tiene un motor que la inspira a lograr todo lo que se propone: Dios, y personas clave que la ayudan en este proceso: sus hijos, esposo y familiares más cercanos.
Makeup by Silvi Guz es uno de sus grandes logros en el ámbito del maquillaje y el más actual, fruto de la pandemia es Blessed Accesories Bo, una tienda virtual de accesorios.
En ambos trabajos, Silvi puso mucha dedicación y perseverancia para que hoy sean un referente de muchas mujeres. Doble Click conversó con Silvi para conocer de primera mano su historia.
—¿Cómo comenzaste en este mundo del maquillaje y tus inicios como emprendedora?
—Desde chiquita siempre me ha gustado todo este tema de pelo, cabello, uñas, maquillaje. Fui mamá muy joven. Me he embaracé a mis 18 años. Entonces, al salir del colegio tuve a mi bebé. Justo esa época, estando en casa con mi bebé, veía muchos videos, tutoriales de cabello, uñas, maquillaje. Siempre me ha llamado mucho más el tema del maquillaje. Hace ocho años exactamente que he empezado a maquillar y después me animé a abrir mi estudio con la ayuda, e impulso económico más que todo de mi hermana y de mi cuñado. Además del apoyo de mi familia, que es muy importante para mí.
Algo que yo siempre he querido era el poder pasar tiempo con mi hijo. Ésa era una de las razones por las que yo decía “no quiero un trabajo donde tenga que dejarlo en esta etapa donde está tan chiquito”. Se dio esta oportunidad y obviamente superfeliz abrí el estudio y como era mío yo veía cómo manejarlo y cómo organizarme. Era muy cómodo, pero también requiere mucha responsabilidad. (…) Creo que ha sido, no fácil, pero muy lindo el poder construir poco a poco mi carrera teniendo ahí al lado mi bebé.
—¿Cuál es tu motor o las personas clave para perseguir tus sueños a pesar de las dificultades que puedan haber en el camino?
—Dios es lo más importante en todas las decisiones que he tomado y los pasos que he dado a nivel profesional y en todo sentido. La verdad, estoy muy agradecida porque las cosas se han ido dando de una manera tan increíble y sé que solamente ha sido la mano de Dios en todo y, obviamente, mis hijos, mi motor más grande aparte de Dios. Fuera del tema económico, el poder mostrarles a ellos que uno puede lograr sus sueños, hacer lo que le gusta y lo que ama es importante.
Gracias a Dios, mis papás me han ayudado mucho a mí y a mis hermanas. Tengo mucho apoyo de mi familia, de mi esposo, de mis papás y mis hermanas. Creo que el conjunto de todo mi entorno cercano ha sido de mucha bendición para poder seguir adelante y seguir creciendo.
—Además del maquillaje, tienes otro emprendimiento. ¿Puedes comentarnos acerca de éste?
—A surgido de la pandemia, algo la verdad muy lindo. Es una tienda “online” de accesorios y hemos empezado con la idea de los barbijos. Después han surgido más ideas como sujetadores de barbijo y de lentes, collares, accesorios, pulseras, aretes. Ha sido algo que ha surgido muy de la nada, para nada tenía planes de abrir este emprendimiento.
Después se nos ocurrió hacer una marca. La verdad es que a mí siempre me ha gustado mucho este tema de la joyería desde niña. Creo que las cosas se han ido dando de una manera muy bendecida y, gracias a Dios, nos está yendo superbién. Desde fines de junio del año pasado estamos cada vez con más variedad de productos.
—Ya tienes bastantes años emprendiendo y has tenido que pasar por diferentes tipos de clientes. ¿Qué has aprendido de ellos durante este tiempo?
—Creo que algo que puedo valorar mucho y aprender fuera del tema de la lealtad, porque tenemos clientas muy fieles y que nos han apoyado mucho en todo sentido, es la empatía que tienen conmigo y con el estudio. Gracias a Dios, tengo clientas que tienen mucha paciencia y que siempre me ayudan. Incluso desde el primer día que siempre he ido a trabajar con mi hijo mayor. Esas cosas agradezco muchísimo, valoro y aprendo de mis clientas.
—Sabemos que no todo es color de rosa, ¿podrías contarnos sobre una mala experiencia laboral y cómo la enfrentaste?
—Algo muy relevante, más que tener como una mala experiencia laboral, ha sido que hemos tenido bajones que, gracias a Dios, hemos sabido sobrellevar. Obviamente, nunca hemos tenido como 100 por ciento comunicación con todas las clientas. Una situación en la que recuerdo que realmente me estresé fue una clienta que me pidió un maquillaje y no le gustó. (…) La desmaquillé y la volví a maquillar. No entiendo cómo lo hice y cómo tuve la paciencia, pero le hice callada lo que quiso y se fue. Nunca más la volví a ver, pero me acuerdo que fue bien estresante porque yo le había hecho lo que ella pidió. Ésa es la experiencia que ahorita me acuerdo que fue no muy bonita, pero si me pongo a pensar esas experiencias laborales son bien pasajeras.
—¿Cuál es tu gran sueño profesional que aún no has cumplido?
—Creo que uno de los sueños que siempre he tenido es poder volver a tener mi estudio y hacerlo en grande. También me gusta mucho enseñar, una de las razones por las cuales quisiera tener un estudio grande es para enfocarlo en dar cursos y talleres. Hacerlo en casa es un poco limitante, sí damos talleres y cursos, pero me gustaría dedicarme un poquito más a enseñar.
Uno de los sueños que también tengo es expandir un poco el área. Me gusta mucho el maquillaje de cine. Y además poder especializarme y estudiar más para poder abarcar más áreas a las que se puede llegar en el maquillaje.
—Por último, ¿cómo te definirías a ti misma?
—Me considero una persona, para empezar, muy creativa. Me gusta mucho ir pensando en cosas diferentes, no quedarme ahí, buscar un poco más. Como he aprendido todo sola, me ha costado y siempre he tratado de buscar más. Me considero una persona también muy empática, siempre tratando de ponerme en el zapato del cliente, en el sentido laboral.
Me considero una persona perfeccionista, que puede ser bueno y puede ser malo. Siento que soy bien positiva igual. Trato de ver las cosas que me pasan como algo bueno. Siempre con la confianza en Dios, me considero una persona que tiene mucha fe y, la verdad, una persona muy capaz, capaz de muchas cosas de hacer lo que ya estoy haciendo. Siempre desde chiquita mis papás me han ayudado a tener ese pensamiento de “yo puedo, sé que puedo”.