Chile minimiza a la OEA y culpa a Bolivia del fracaso en negociaciones

Ayer se cumplió el cuarto día de alegatos en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, en el caso de la demanda marítima de Bolivia, le correspondió a Chile cerrar su exposición, oportunidad en que los abogados, una vez más, demandaron al tribunal rechazar la petición boliviana, toda vez que Chile no tiene obligación de negociar.

Los legistas analizaron lo acontecido desde la década del 50 hasta nuestros días. Es decir, la correspondencia diplomática, la conducta de los Gobiernos de turno de ambos países, las resoluciones de la OEA como organización regional relevante, y notas de prensa que recogen el contexto de cada instancia histórica.

Es así que la defensa chilena se abocó a demostrar que el tenor de los documentos, que han sido citados en este juicio, es indicativo de una voluntad política de diálogo y no jurídica.

Esgrimieron que hasta la presentación de este caso ante La Haya, Bolivia nunca sostuvo la idea de que Chile estaba obligado a negociar con un objetivo predeterminado, y que una muestra de ello es que las resoluciones de la Organización de los Estados Americanos (OEA) tampoco han podido obligar al diálogo con sus exhortaciones.

El jurista británico Sam Wordsworth retomó el alegato en esta segunda etapa, y mantuvo la misma línea que trazó la defensa chilena ayer, el intercambio de notas de 1950 y el abrazo de Charaña en 1975.

Expresó que no cabe pensar que Chile y Bolivia pudieron haber considerado el intercambio de notas de 1950 como un tratado, y no haberle dado el curso que se le daría a un documento de ese tipo.

“No hay ninguna mención en ningún punto a efectos del supuesto acuerdo internacional de las notas de 1950. Si los dos jefes de Estado consideraron que existiera un acuerdo, se hubiera esperado que hicieran una conferencia implícita o explícita y no lo hicieron, quedando claro que era bastante deliberado”, indicó.

De acuerdo con Wordsworth, entre 1975 y 1978 sí se dio una negociación, pero ésta fracasó debido a que Bolivia rechazó continuarla porque retrocedió en la cláusula de “intercambios territoriales”.

Visión que difiere con lo expresado por Bolivia en los alegatos, que esas negociaciones fracasaron porque Chile se negó a gestionar una propuesta de Perú, que sugirió conectar el territorio boliviano con el Pacífico a través de un corredor sujeto a un régimen de soberanía compartida entre los tres Estados.

Resoluciones de la OEA

Le correspondió a la abogada argentina Mónica Pinto detallar las resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) que adoptó a favor de la reivindicación marítima, al sostener que las resoluciones de la OEA no han creado obligación alguna de negociar y que no podrían haberlo hecho de forma vinculante.

“Ninguna de las resoluciones citadas por Bolivia se refiere a una obligación de negociar ni confirma la existencia de la obligación de negociar”, aseguró al acotar que “Chile nunca aceptó la obligación jurídica de negociar una salida al mar y nunca ha quebrantado una resolución de este tipo”.

En tanto, el jurista australiano Ben Juratowitch fue más allá y defendió que “no hay ninguna obligación que perdure desde el pasado” y que “Chile ha dicho muy claramente que no transferirá soberanía”.

Recordó que Chile ha ofrecido negociaciones a Bolivia en los últimos años, pero siempre excluyendo el acceso soberano al mar y que la agenda de 13 puntos acordada en 2007 no manifiesta intención de crear alguna obligación jurídica.

“Chile había estado declarando durante muchos años que no negociaría la transferencia de territorio soberano”, dijo. Y explicó que Chile empezó la negociación en base a ese principio, pero en 2011 la posición de Bolivia cambió debido a una nueva Constitución que busca una transferencia soberana, dijo ante el jurado.

Transformación

Por su parte, el abogado de Chile Harold Koh cerró la primera ronda de alegatos y afirmó que Santiago “nunca se obligó a vincularse jurídicamente para seguir negociando”.

Además, agregó que “la transformación constante del caso de Bolivia nos muestra que no es capaz de identificar una base jurídica clara para la supuesta obligación de Chile a negociar”. “Bolivia se basa en una teoría sin arraigo en el derecho”, pero admitió que “en la diplomacia de alto nivel las palabras sí tienen importancia”.

“Cuando una nación quiere que se generen elementos vinculantes, tiene que dejarlo muy claro en documentos. Bolivia no ha mostrado el menor documento (que genere) obligación jurídica a negociar”, apuntó.

Koh advirtió que un fallo favorable a Bolivia ocasionaría efectos en temas fronterizos y de relaciones diplomáticas, ya que “transformaría muchos aspectos de la diplomacia cotidiana en algo vinculante. Sería una ofensa a las relaciones entre dos Estados”.

Dos jornadas de alegatos faltan para culminar la fase oral. El lunes 26 se presentará Bolivia y el miércoles 28 lo hará Chile , de 5:00 a 8:00.

DURO CRUCE ENTRE TUTO E INSULZA

Una polémica se armó ayer tras un duro roce entre el expresidente Jorge Quiroga y el exsecretario general de la OEA, José Miguel Insulza.

El boliviano declaró que el chileno se parece al presidente Nicolás Maduro por desconocer las resoluciones del organismo multilateral. Insulza respondió tras los alegatos de ayer que “espero que me lo diga en la cara”, pero el tema no quedó ahí.

Quiroga, en contacto con Red Uno, señaló que no tenía miedo en decir “el vergonzoso giro que tuvo el chileno tras haber sido durante varios años Secretario General de la OEA”.

DATOS

Rojo presenta libro del mar de Antofagasta. La alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, presentó el libro “Antofagasta y su mar. Una historia escrita por sus héroes chilenos”, que será distribuido a las unidades educativas.

Agente: Chile no supera la objeción preliminar. El agente de Bolivia, Eduardo Rodríguez,  minimizó los alegatos de Chile y dijo que Santiago aún no ha superado que la CIJ se haya declarado competente para atender el litigio boliviano en 2015.

Bolivia y Chile alistan segunda ronda en La Haya. Tras una semana intensa, los equipos jurídicos de Bolivia y Chile ya se alistan para el cierre de los alegatos, el lunes 26 (Bolivia) y el miércoles 28 (Chile). La CIJ pidió que estas intervenciones sean cortas y precisas.

TRAS FALLO, LA NEGOCIACIÓN DEPENDE DE AMBOS PAÍSES

La experta en derecho internacional Karen Longaric dijo que Chile siempre va a ampararse en el Tratado de 1904 y que la idea central de los alegatos de Chile es que la Corte no podría pronunciarse en algún tema que radique en la revisión o modificación del Tratado de 1904 y se lo ha visto en todas las exposiciones de los abogados de la parte demandada.

Pero, la próxima semana, explicó continúan los alegatos que son la réplica y la dúplica, oportunidad en que los equipos jurídicos expondrán argumentos y fundamentos para reforzar sus ponencias anteriores, y después se tiene que esperar un tiempo para que la CIJ emita el fallo correspondiente, que puede tardar uno seis meses.

Respecto al fallo, dijo que puede favorecer a cualquiera de los dos países, pero quien definirá no será ni Chile ni Bolivia, será la Corte.

“Ahora una cosa es no cumplir el fallo y otra cosa es la decisión de otorgar una salida al mar, eso depende de Chile”, aseveró.

Lo que la Corte diría —acotó— en caso de que el fallo fuera favorable a Bolivia es que Chile negociar con Bolivia, “yo creo que lo va a hacer, creo que Chile se sentaría a dialogar con Bolivia, pero esto no asegura de ninguna manera que de esa negociación salga algo favorable para Bolivia, es más, ellos ya han anunciado que en caso de que se sentaran a negociar no pueden porque su propia Constitución lo prohíbe y porque es una política de Estado asumida por la clase política”.

ANÁLISIS

Oscar Alba. Director IDEI

Chile niega otras fuentes del derecho internacional

En estos días, estamos presenciando una larga letanía para establecer y probar la existencia/inexistencia del “derecho a negociar” y, por tanto, su contracara, la “obligación de negociar”, que tiene su herramienta de trabajo, en las metáforas que conforman el discurso jurídico-político que desarrollan los abogados de Chile y Bolivia en el litigio en La Haya.

La metáfora, es una figura retórica en la que se traslada el significado de un concepto a otro, estableciendo una relación de semejanza o analogía entre ambos términos. La palabra, como tal significa “traslación”, y en el caso de la argumentación en los alegatos chilenos, se pretende mover el significado de los hechos o acontecimientos presentados en la argumentación boliviana, caracterizada por “hechos o actos de Estado” a hechos de mero lenguaje diplomático, que en su “teoría” deben obedecer a rituales de costumbre, construcción y validez lingüística generados en el accionar westfaliano de los estados nación que constituye el núcleo del Derecho Internacional. Lo que la contraparte niega es la interpretación discursiva de las otras fuentes del Derecho Internacional en la sociedad internacional institucionalizada y multilateralizada desarrollada luego de 1945, interpretación que tiene su lugar en los tropos relativos a actos unilaterales, negociales o resolutivos de los Estados, como instituciones jurídicas reconocidas en la ONU y sus órganos, como en este caso ocurre en la Corte Internacional de Justicia,

por lo que la réplica boliviana del día lunes puede tener una buena oportunidad en la exaltación de la “obligación de negociar” en el Derecho Internacional del Siglo XXI, sin embargo no debemos olvidar que el intérprete judicial, con su propia carga histórica, es quien emite el fallo o sentencia que queremos que nos dé la razón.