La familia, un apoyo vital cuando se sufre de diabetes

Muchas personas tienen como familiar o conocen a por lo menos a una que padece diabetes. La Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD) asegura que dos de cada tres ciudadanos desconocen cómo cuidar a quien tiene esta enfermedad.

En muchos casos, ese desconocimiento se da hasta que alguno de sus seres queridos es diagnosticado con esta enfermedad crónica, lo que compromete a toda la familia a informarse y cambiar el estilo de vida que se llevaba hasta ese momento. Tal es el caso de la familia Moreno Galindo que descubrió hace dos años que su hija menor, de ahora ocho años, tenía diabetes de tipo 1.

Cada 14 de noviembre se recuerda el Día Mundial de la Diabetes , por lo que cada año la Federación Internacional de Diabetes (FID) elige un tema para conmemorar esta fecha. El de la gestión 2018 y 2019 es “La familia y la diabetes”.

En estos dos años la FID tiene como objetivo concienciar sobre el impacto que tiene la diabetes en la familia y en la red de apoyo de los afectados y promover el papel de la familia en el manejo, cuidado, prevención y educación de esta enfermedad.

Para conmemorar esta fecha la psicóloga clínica, especialista del Centro Integral Vivir con Diabetes, Pilar Calvimonte, y la familia Moreno Galindo comparten con los lectores algunos datos para entender el rol de los familiares ante la diabetes de alguno de sus miembros, pues como indica la profesional “existen cambios en la alimentación, comportamiento y hábitos en todos los miembros de la familia”.

Información

Clavimonte asegura que tras el diagnóstico “se debe buscar información para entender la enfermedad e incluso para tener una buena salud mental y emocional, en fuentes adecuadas y con especialistas expertos en el tema”.

“Cuando nos enteramos que nuestra hija tenía diabetes, estábamos en cero sólo sabíamos que las personas diabéticas no podían consumir azúcar, ahí empezamos a buscar ayuda y mucha más información sobre el tema”, cuenta Vivian Galindo, madre de Ariana Moreno, quien padece la enfermedad desde los seis años.

Aceptación

Al saber que algún ser querido tiene el mal surge la etapa de duelo, sin embargo la familia debe atravesar cada fase de la mejor manera.

Lado positivo

Pese a que en la mayoría de estas situaciones sólo se ve el lado negativo, los integrantes deben entender que la diabetes enseña a tener una vida más sana y mejores hábitos.

La mamá de Ariana cuenta que después de la aceptación, viene aprender a manejar el problema.

Integral

En todos los casos de detección se debe entender que no sólo se tiene que buscar ayuda para tratar la enfermedad sino para aprender a manejar las situaciones, emociones, pues se debe entender que todo mal afecta a las personas física, emocional y mentalmente.

Compartir Información

Calvimonte señala que  “para involucrar a todos los miembros de la familia se debe compartir información con todos los”.

“El que sus hermanos, profesores y compañeros sepan que Ariana tiene diabetes es muy beneficioso, pues en muchos casos saben cómo actuar ante una baja de azúcar”, comenta la madre.

Buscar centros especializados

Algo que ayuda a la familia afrontar la enfermedad es que conozca que hay más casos y poder enriquecerse de cada uno, para esto se aconseja buscar comunidades y/o grupos de apoyo.

El padre de familia asegura que el apoyo de centros especializados ayuda a superar y llevar el tema de manera correcta al mismo tiempo que se convive con personas que están atravesando por lo mismo.

Rutina

Entre los aspectos principales que cambian en una familia con un integrante diabético es la alimentación y la actividad física.

“Nunca terminamos de aprender. Han cambiado muchas cosas, como la alimentación y el ejercicio”, asegura Fernando Moreno, el padre de Ariana, quien a su vez indica que se debe tener una rutina y la persona diabética debe saberlo desde el momento de su diagnóstico.

EVENTOS

El 18 de noviembre se realizará la Gran Feria Anual de Diabetes desde las 08:30 hasta las 13:00 en la puerta del Centro Vivir con Diabetes, en la av. Simón Lopéz # 375.