Con pocas ganas de amar
RESALTADO
Sólo el 2%
de los médicos pregunta a sus pacientes la frecuencia con que las mujeres tienen relaciones sexuales.
Se estima que la disfunción sexual femenina afecta al menos al 33 por ciento de las mujeres de entre los 18 y 59 años. Ésta es una disminución del deseo sexual, un trastorno que puede tener origen psicológico, hormonal o una combinación de ambos.
A pesar de su considerable prevalencia, y de que cada vez más mujeres acuden al ginecólogo en busca de una solución, éstos no siempre saben cómo tratar el problema, según planteó en España Santiago Palacios, el fin de semana, en el marco de un encuentro nacional de salud y medicina de la Mujer (Samem), en Madrid.
Esta falta de formación fue el principal motivo de la celebración, por vez primera en estas jornadas, de una mesa sobre sexualidad. "Era algo que nos venían pidiendo los médicos desde hace tiempo porque cada vez más mujeres acuden a ellos con ese problema y ven que les faltan herramientas para abordarlo", explicó Rosario Castaño, psicóloga y sexóloga del Instituto Palacios de Salud de la Mujer. Según esta experta, sólo con introducir tres preguntas al respecto en la historia clínica se encontrarían muchos de los casos.
Otra novedad de la que se habló en el encuentro de Samem fue la reciente aprobación por parte de la Agencia Europea de Evaluación de Medicamentos del primer fármaco para el deseo sexual inhibido y que está previsto se empiece a comercializar en mayo. Concretamente, se trata de un parche de testosterona indicado para los casos de menopausia quirúrgica. Al respecto, Palacios mostró también su preocupación al cuestionarse el desconocimiento, también en este asunto, de los facultativos. "La pregunta que yo me hago es si los médicos estamos preparados para diagnosticar a la mujer que lo necesita. Yo creo que no", dijo.
Tratamientos
- Desde hace 70 años se han recetado tratamientos androgénicos para la disfunción sexual femenina, pero más recientemente el uso de la testosterona, tanto oral como transdérmica, a dosis bajas, ha cobrado protagonismo en el abordaje terapéutico de este problema, especialmente en los casos en los que las alteraciones hormonales son determinantes, como en la menopausia.
- En la actualidad hay cuatro estudios en marcha al respecto (dos en fase II y otros dos en fase III), con un total de 1.619 mujeres reclutadas. En todos los casos existía una menopausia quirúrgica en la que se analizó la eficacia y seguridad del parche que libera testosterona diariamente en pacientes con trastornos del deseo sexual. Todas las pacientes fueron tratadas con estrógenos, y la conclusión es que aquellas que recibían testosterona referían 1,9 relaciones sexuales satisfactorias por mes, casi el doble que la tasa basal y claramente superior al 0,9 que el grupo placebo.
- Además, los diferentes resultados de los cuestionarios utilizados muestran un aumento significativo del deseo y la respuesta sexual, y en tres de los cuatro estudios existe una reducción significativa en el cuestionario que refleja preocupación por problemas de la disfunción sexual.