Inundaciones obligan a los yuquis a migrar y pedir ayuda
Las inundaciones en la comunidad de Bia Recuaté del municipio de Puerto Villarroel ocasionaron que alrededor de 14 familias yuquis abandonen sus tierras y migren a la ciudad para pedir ayuda.
El representante de los indígenas, José Isategua, indicó que el agua los inundó desde el 2 de enero, pero desde esa fecha el municipio de Puerto Villarroel no los ayudó y tampoco los incluyó en el reporte de los daños, por lo que se sienten discriminados.
“Ésa es la gran preocupación de nosotros y, lamentablemente, estamos muy desatendidos por nuestro municipio. Estamos preocupados, siendo parte de nosotros, sólo han tomado en cuenta la parte de la colonia”, dijo.
Isategua se reunió con el responsable de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación, y éste le indicó que, en base a los reportes del municipio de Puerto Villarroel, enviarán ayuda. “Qué vamos hacer, nosotros no estamos tomados en cuenta, nos sentimos muy discriminados, sólo se toma en cuenta a los colonos”, dijo.
La población yuqui no puede estar en Bia Recuaté porque el agua y el olor afectarían a su salud. Hay muchos enfermos con tuberculosis, micosis pulmonar y desnutrición.
La población salió para pedir ayuda y se quedará a dormir, durante dos días, en la plaza 14 de Septiembre a la espera de apoyo con víveres. “Queremos que las personas de buen corazón nos puedan traer víveres como arroz, fideo, azúcar, aceite para que podamos llevar, ya algunas personas nos han regalado ropa”, indicó el representante.
Ayer en la mañana llegaron ocho familias, pero por la tarde llegaron otras seis. “Necesitamos apoyo también para poder alimentarnos mientras nos vamos a quedar”, dijo.
Las familias trajeron en saquillos, su ropa y algunas frazadas, los niños lucían desnutridos. Los adultos y los niños más grandes pedían dinero a los transeúntes. “Dame tres pesos, es para comprar medicina para mi mamá”, decía una niña.
Isategua explicó que por la llegada del agua también necesitarán más medicamentos.
Originalmente, los yuquis recorrían toda la parte de bosques húmedos del norte cruceño. Pero el territorio indígena se redujo a 115 mil hectáreas.
Actualmente están en el municipio Puerto Villarroel. Prácticamente todos los yuquis están concentrados en la comunidad Bia Recuaté. Algunas familias yuqui se encuentran en aislamiento voluntario.
Los yuquis originalmente eran cazadores y recolectores. Hace unos 12 años llegaban a una población de 500 personas, pero actualmente tienen sólo 250 habitantes, en su mayoría niños.
De los 520, entre 20 y 30 se encuentran en aislamiento voluntario. En 2017 murieron cuatro personas a causa de la tuberculosis, dijo Isategua.
En la década de los 60 existían unos 2.000 indígenas.
Actualmente están amenazados por enfermedades, como la tuberculosis y la desnutrición. En la década de los 80, misiones católicas trataron de evangelizarlos. El primer contacto con el pueblo yuqui fue en 1967, con una misión y funcionarios de la Reforma Agraria.
Los originarios reciben del Estado un presupuesto anual que en su mayoría se destina para salud.
Ayer en la mañana llegaron ocho familias yuquis, pero por la tarde llegaron otras seis
CORREN RIESGO DE DESAPARECER
El pueblo yuquii es, según categorías elaboradas por antropólogos y opiniones de la Cidob, el más vulnerable de todos los pueblos indígenas.
Además, entra en la categoría de los pueblos en contacto inicial, que merece una especial atención de las autoridades estatales para subsistir en sus territorios de origen.