Un domingo con Danielle Caillet
Yo conocía a Danielle cuando expuso su serie de cadenas : eran eslabones sueltos que ya no sujetaban a nadie, algunos estaban rotos. Para mi fueron el símbolo de la libertad. Pero ese encuentro- sin presencia personal alguna- sólo sirvió para fijar en mi mente a una artista que merecía ser recordada.
Pasó el tiempo y me encontré con la autora de videos dedicados a la mujer, sus títulos eran: María Luisa Pacheco , Nacer hombre (sobre Adela Zamudio) y Los fantasmas de Juana Azurduy . Valga decir que se trataba de tres mujeres que destacaron en disciplinas tan diferentes como la pintura, las campañas militares y la educación. Había introspección, tratamientos de planos y cuanto requiere una producción cinematográfica para ser creíble y convincente.
Danielle Caillet trabajó con Jorge Sanjinés en Yawar Mallku, y cuando me lo dice, recuerda un altiplano cortado por el viento, noches frías y niños que lloran. Danielle Caillet tenía por aquel entonces un niño pequeño que aún no andaba, pero que la acompañó en su primera experiencia boliviana.
Danielle nació en el sur de Francia, cerca de Grenoble, y llegó a Bolivia en 1966, un año crucial del que le tocó ser terstigo; fue un año de luchas, inquietudes y ansia de reivindicaciones. El Che, que muere en 1968, ya estaba en Bolivia. Es una figura que forma parte del paisaje temporal de Danielle.
Pero dejemos el cine, y el juego de luz y sombra propia de la fotografía donde Danielle se destacó. '?Podemos hacerlo sin dedicar una palabras a Antonio Eguino? Creo que no. Pienso en sus películas, en Chuquiago , que retrata con gran acierto la ciudad pluricultural. En ese momento veo a Antonio junto a Danielle aunque para mi y creo que para todos- fueron siempre dos personalidades muy diferentes.
Danielle es autodidacta en materia de arte; y cuando me lo dice quedo sorprendida pues no es fácil, sin una formación previa, hacerse escultor, y mucho menos utilizando la técnica del bronce que parece ser la preferida de nuestra artista. Le pido que me hable de su obra y ella no menciona las cadenas aunque tiene dos en su jardín. Me muestra su última obra: es un ser dorado que lucha por librarse de las negras estructuras que lo oprimen. Se trata, sin duda, de un autoretrato. Me pregunto si Palomas heridas no antecede a esta etapa. Son dos pájaros atravesados por una flecha, abiertos como flores.
El oro del bronce y el negro del hierro son la policromía de estas dos últimas obras que recuerdan la Gallina de los huevos de oro , donde el ave, en su cuerpo estructurado con transparencia, guarda un delicioso huevo dorado. La gallina de los huevos de oro premiada el año 1992 en Arte expo organizada por la asociación de Mujeres Americanas, es un canto a la vida, como lo son los Cumpas (compañeros) abrazados y lo es el Desnudo descabellado , que nos presenta una mujer reclinada brindándonos una sensualidad post-moderna bajo un título tan equívoco como expresivo. Es la verdad vital y humorística en el arte de Danielle. Algunas son figuras alegres e informales que se mueven bailando, otras serias, como el trompetista cuyos brazos sujetan la parte virtual de una trompeta apenas esbozada.
Al contemplar estas obras me pregunto si queda algo de la tierra que la vio nacer y me encuentro con El pensador que es un homenaje a Rodin. Un tanto irreverente, por cierto, pero lleno de alegría y modernidad. Se mantiene el gesto de la genial obra del escultor francés, pero en la obra de Danielle el pensamiento se materializa como en las tiras cómicas, en un globo donde tres perforaciones hacen las veces de letras. Es una obra sutil y sugerente.
No soy religiosa, me dice Danielle, pero, hoy en día nadie puede sustrarerse al encanto del más allá, y mi amiga sucumbe. Sucumbe ante los ángeles, con un San Miguel preparado para la exposición que se llevó a cabo en el pueblo de Calamarca. Es una figura gentil que tiene el corazón abierto. Danielle también se ocupa de la tentación y me muestra una serpiente negra, bella y armoniosamente enroscada, que levanta su verde cabeza. Junto a ella está una manzana que se ofrece y pide ser acariciada involucrando al espectador. Finalmente estoy ante un cristo formado por dos lenguas de metal que giran en su ascenso y que recuerdan las pinceladas del Greco. La dorada cabeza del redentor se inclina ligeramente sobre la cruz que le acompaña y que no es un instrumento de martirio, es una cruz desestructurada, como propia de quien venció a la muerte. Ante la imagen sentí una piedad llena de esperanza.
Me despido con pena, pues viajes hacia lo imaginario como el que hice con Danielle se hacen pocos; atravieso el jardín de su casa, miro los cerros rojos de Aranjuez, y vuelvo a la rutina de mi domingo soleado.
Mañana será lunes y recordaré con nostalgía la luz dorada iluminando intermitente la silueta de las esculturas.
*El articulo fue escrito por la historiadora Teresa Gisbert en 1998, un año antes de la muerte de Danielle Caillet. (Texto tomado del catálogo de la muestra).
UNA MULTIFACÉTICA ARTISTA
El martes 2 de julio se realizará la inauguración de la exposición-homenaje Danielle Caillet , en las salas de exposición del Centro Simón I. Patiño a las 19:00, en honor a esta multifacética artista. En la inauguraciòn estarán presentes antonio Antonio Eguino, esposo de la escultora y la arquitecta e historiadora Teresa Gisbert.
Danielle Caillet nació en París en 1940 y falleció en Bolivia en 1999. estudió fotografía en Nueva Yorky residió en Bolivia desde 1966. Inició su obra creadora en la fotografía con la foto fija de los largometrajes Yawar Mallku (Jorge Sanjinés, 1969) y Chuquiago (Antonio Eguino 1977). Incursionó en el cine realizando el cortometraje Warmi en 1978, primer largometraje reaalizado por una mujer en el país, que retrata la realidad sociocultural de la mujer en Bolivia. Esta producción mereció el trofeo de Plata en el Festival de Bilbao, en España.
La artista realizó luego una serie de videos sobre mujeres artistas bolivianas, denominadas Nosotras entre las cuales se encuentran: Marina Núñez del Prado, María Luisa Pacheco, Maritza Wilde, Francine Secretan, Matilde Cazasola y Giomar Mesa.
Esta exposición muestra su obra en la escultura, la fotografìa y el video. Ella se inició en la escultura como autodidacta.