Chiquitos alberga pinturas rupestres
Santiago de Chiquitos
Las paredes y el contorno de una cueva de piedra en lo que ahora es el “Parque Eco-Rupestre El Manantial”, en la localidad de Santiago de Chiquitos, fueron el mural de una cultura oriental que existió hace aproximadamente 10 mil años atrás. El lugar forma parte hoy de un circuito turístico.
Uno de los símbolos más atractivos de estas representaciones elaboradas con sangre de animal y resinas vegetales son, por un lado, las huellas de un avestruz y, por otro, la simbolización de este animal acompañado por sus ocho crías, lo que, según la explicación científica, hace referencia a las largas caminatas que realizaban estas personas.
Este centro turístico se ubica a al menos 400 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, en la provincia Chiquitos, y forma parte de los atractivos del Tercer Festival ConservArte, un evento que se lleva a cabo entre el 26 y 29 de este mes y que tiene como fin compartir un mensaje de conservación y promover la cultura viva de Chiquitos.
Según Arsenio Gallardo, propietario de El Manantial, las pinturas hacen referencia a los símbolos más importantes de esta cultura de la cual poco se conoce, pero que presentan a costumbres chiquitanas como la de una mujer que transporta agua en un recipiente apoyado en la cabeza, algo que actualmente se practica.
Además, otra de las pinturas hace referencia al nacimiento de una persona con las prácticas originarias, pues se puede observar la figura de una mujer que da a luz de pie y sin la ayuda de nadie; Gallardo afirma que ésta es una práctica que aún está vigente en los Ayoreos, otra cultura oriental.
El experto, con base en algunos estudios arqueológicos realizados en este lugar, indica que estas pinturas, repartidas en 32 metros de un muro de piedra, representan a animales extintos, como el de un asno con cabeza de zorro, un lagarto con trompa de ornitorrinco y el “jichi” que, según algunas leyendas orientales, era el protector de un manantial de agua.
En el contorno de esta cueva que mide aproximadamente 10 metros de largo y uno de altura, está también la representación de erizos de mar, puesto que, según Gallardo, está demostrado que esta zona fue en algún momento las profundidades del mar.
Otra de las actividades sobresalientes de ConserVarte fue la visita al Área Protegida Tucavaca, compuesta por una selva virgen que aglutina a importante cantidad de flora y fauna. Uno de los principales motivos por los que los visitantes llegan a este lugar es El Mirador, un sendero que permite contemplar la vegetación abundante.