Morales condena el “intento de golpe de Estado” de los mineros en Bolivia
Andres Schipani
El presidente de izquierda de Bolivia, Evo Morales, ha denunciado “un intento de golpe de Estado” provocado por el secuestro y asesinato de su viceministro del Interior a manos de manifestantes del grupo de mineros.
“El Gobierno nacional ha derrotado un intento de golpe de Estado. Estoy convencido de ello”, anunció el sábado.
El asesinato del viceministro de Gobierno, Rodolfo Illanes, es uno de los reveses más serios que ha sufrido el Gobierno de Morales en una década. El final del superciclo de las materias primas ha socavado su revolución socialista indígena. Ha enfrentado cada vez más protestas de mineros enfurecidos quienes habían sido uno de sus más firmes seguidores.
Aunque la exportación de gas natural proporciona mayores ingresos a Bolivia, la minería (principalmente plata y estaño) forma parte de la historia, la política y la base social del país andino, el cual actualmente está intentando convertirse en un importante productor de litio.
“Los precios de los minerales se han reducido y los costos de producción han subido”, dijo el líder de oposición, Samuel Doria Medina. “Ésa es la causa de las protestas”.
La semana pasada, después de protestar durante varios días, los mineros bloquearon la carretera Cochabamba-Oruro con piedras. Exigieron que se les permita trabajar para compañías privadas para ganar más dinero. También rechazaron una nueva ley minera que promueve la creación de sindicatos en sus cooperativas.
El miércoles, dos manifestantes murieron en enfrentamientos con la Policía, agudizando las tensiones. Murió uno más el día siguiente (el viernes murió el cuarto NdR). “Estaban luchando contra el Gobierno para obtener contratos laborales con compañías privadas nacionales y extranjeras”, explicó un experto en minería boliviano, quien ayudó a escribir la ley minera. “Un Gobierno que tiene una visión socialista no lo puede permitir”.
Illanes viajó al pueblo de Panduro, donde se estaban llevando a cabo las protestas, para negociar con los mineros que habían bloqueado varias carreteras. El jueves, encontraron su cadáver, junto con su coche quemado. Una autopsia reveló que murió de lesiones traumáticas después de ser golpeado.
El viernes, se levantó el bloqueo y varios mineros fueron detenidos. El día siguiente fiscales bolivianos acusaron a tres mineros del asesinato de Illanes, incluyendo a Carlos Mamani, director de la Federación de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin).
Desde que Morales asumió el poder en 2006, el sector minero boliviano ha ido tomando un papel más dominante para el Estado. Bajo su Gobierno, varios intereses extranjeros en el país han sido nacionalizados (incluyendo algunos activos del grupo de recursos naturales Glencore) y sólo quedan unas cuantas minas de propiedad extranjera, incluyendo la muy importante mina de San Cristóbal, la cual es propiedad de Sumitomo de Japón.
Sin embargo, las cooperativas siguen siendo una fuerza importante, ya que emplean 90 por ciento de cerca de los 140.000 mineros que trabajan en Bolivia. Las cooperativas ofrecen empleos precarios a mineros empobrecidos que de otra manera carecerían de empleo.
Ha aumentado el número de mineros en las cooperativas debido a la ola de despidos en las operaciones mineras más establecidas. Ahora, los bajos precios de los minerales se han vuelto otro obstáculo para obtener empleo.
El año pasado, los mineros en Potosí, enfurecidos por lo que ellos consideraban una falta de inversión por parte del Gobierno, organizaron un bloqueo que aisló a la ciudad durante varias semanas. Luego, mineros armados con dinamita marcharon en La Paz y ocuparon el Viceministerio del Interior.