Reestructuración de Petrobras y el gas boliviano
En un estudio de la Confederación Nacional de Industrias (CNI) y la Asociación Brasilera de Grandes consumidores de Energía (Abrace ) de Brasil, se plantea la reestructuración de Petrobras, la apertura del mercado, la liberalización regulatoria y la necesidad de aprovechar la venta de activos de Petrobras con el claro objetivo de crear un nuevo ambiente de negocios para atraer inversiones en el rubro del gas, siguiendo el ejemplo de lo que están haciendo actualmente México y Argentina.
Se considera que la actual estructura perjudica el desarrollo de la industria en la medida en que Petrobras continúa dominando la cadena del gas, es el mayor productor (produce el 81% del gas), es propietario de la mayoría de los activos y es socio de la mayor parte de las distribuidoras estatales de gas. Todos los demás productores (excepto uno), se ven obligados a vender su producción a Petrobras por los obstáculos para acceder al mercado final.
No obstante, las grandes reservas de gas descubiertas en los yacimientos Pre Sal, las dificultades técnicas y económicas para llevarlas al mercado, sumada a las inflexibilidades en torno a Petrobras, permiten concluir que la dependencia del gas importado, especialmente del boliviano, continuará.
Tomando en cuenta estas variables, el estudio recomienda la reforma del sistema regulatorio para “des verticalizar” de forma competitiva la cadena productiva en el Brasil para facilitar el acceso a nuevos actores tanto en exploración on shore como en la producción, transporte, distribución y comercialización del gas natural con el objeto de ampliar y diversificar la oferta interna a empresas distintas de Petrobras. Bajo las actuales condiciones, considera que la dependencia de Brasil del gas importado, tiende a incrementarse en el futuro, (el 2015 la importación de gas fue de 50 MMM3/D, de los cuales 31 MMM3/D fue boliviano y 19 MMM/D LNG).
Como el LNG importado es más caro que el gas boliviano y persistirá la dependencia de nuestro gas, el estudio considera posibles escenarios de la relación producción - demanda futura de gas (en Bolivia) para determinar su impacto en Brasil. En un escenario de demanda interna restringida (sin los proyectos de Mutun, GTL ni termoeléctrica de Pantanal), que es el escenario más optimista para Brasil, la oferta boliviana sólo alcanzaría para exportar 17 MMM3/D el 2021, 10 MMM3/D el 2022 y 3 MMM3/D el 2023. La exportación se interrumpiría a partir de 2024 y desde el 2025 tampoco se podría cumplir el contrato con la Argentina e incluso los proyectos de industrialización en curso, se verían amenazados por la falta de gas.
Para equilibrar el balance producción-demanda, en el escenario restringido, tendría que haber una producción creciente adicional de 17 MMM3/D en el período 2016- 2026, esto significaría que la producción promedio actual debería ser de 77 MMM3/D y no de 60 MMM3/D que es lo que se produce al presente. En el escenario de demanda interna acelerada, esta producción debería ser de 91 MMM3/D (31 MMM3/D más que la producción actual).
El análisis concluye en que la oferta boliviana de gas a Brasil después de 2022, depende del esfuerzo exploratorio que se haga en Bolivia porque las reservas actuales no son suficientes para mantener los volúmenes contratados por otros 20 años. Al sostener que los esfuerzos exploratorios actualmente se encuentran prácticamente paralizados, recomienda que el Ministerio de Minas y Energía de Brasil contrate un estudio independiente para entender las condiciones reales de las reservas bolivianas y las inversiones requeridas para garantizar la oferta a Brasil en el lago plazo.
Por su parte, el estudio corrió el Modelo Gas Upstream para calcular las inversiones necesarias para activar la exploración y aumentar la producción, tanto en el escenario de demanda restringida como acelerada. La inversión requerida para cada escenario resultó ser de 5.4 billones de dólares (B$us) y 7,1 B$us respectivamente. Estas inversiones garantizarían la oferta adicional de gas que se mencionó líneas arriba.
Con estas inversiones, que tendrían que ser atraídas del exterior, se podrían perforar 90 pozos exploratorios y efectuar prospección sísmica en 90 áreas o bloques. En un anexo se muestran las curvas de declinación de los principales campos productores de Bolivia, confirmando la fuerte declinación de San Alberto y Sábalo.
Este estudio es coincidente con los análisis que se han venido publicando en estas columnas y nos demuestra el gran conocimiento que tienen los brasileros de la realidad gasífera del país. Es verdad que la renovación del contrato de venta de gas más allá del 2020 será un factor de atracción de inversiones en el rubro, pero será insuficiente para recomponer el desastre al que se ha llegado en el rubro si es que no se acepta la urgencia de una restructuración tan profunda como la que se formula para Brasil y en particular para Petrobras.
El autor es ingeniero químico y petroquímico.
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