Más voces por Venezuela
Mientras la cúpula familiar-militar que gobierna Venezuela intensifica sus medidas autoritarias, el respaldo a que la Organización de Estados Americanos (OEA) aplique la Carta Democrática a ese país aumenta. Se trata de un mecanismo que puede ayudar a que sean sus ciudadanos los que decidan en forma libre la forma y quiénes creen que podrán recuperar el sistema democrático tan seriamente dañado y enfrentar con posibilidades de éxito la crisis integral que los afecta y que los está conduciendo al caos absoluto.
Asimismo, puede ser una decisión que ayude a evitar que la guerra fratricida se desate en ese país, posibilidad cada vez más cercana, precisamente por el empecinamiento de las autoridades del Gobierno venezolano de mantenerse sine die en el poder, para lo cual, además de profundizar la crisis económica y acrecentar a niveles pocas veces vistos antes (y Venezuela no fue una país que mostrara cualidades de honestidad en la administración pública) en la región, intensifica los métodos represivos sobre su población. Esta actitud, a su vez, empodera a los sectores más radicalizados de la oposición política, en desmedro de la más dialogante y de los mediadores internacionales que buscan encontrar espacios de concertación.
Vista esa situación desde Bolivia y ante el claro mensaje que la gente dio al Gobierno hace un año, bien harían muchos dirigentes y autoridades del oficialismo en aprender la lección que está dejando la cúpula venezolana: definitivamente, no hay una sola experiencia exitosa de regímenes autoritarios, eternizados en el poder; exitosa, se entiende, en relación a mejorar las condiciones de vida de su ciudadanía. Toda dictadura sólo ha provocado el mayor empobrecimiento de la gente, frente al mayor enriquecimiento de quienes la conformaban…