Maniobras navales conjuntas
Sigo con interés la noticia de las maniobras navales que se realizan en los mares de Chile entre esta nación y Estados Unidos de Norteamérica y tuve el privilegio de enterarme de la reacción de nuestro Presidente Vitalicio Evo Morales, que condenó ese hecho por razones obvias lo que me llevó a solicitar a mi corresponsal en el Palacio Real de la Plaza Murillo si se hallaba enterada de tal operación conjunta, respondiendo la cholita reportera que algo había oído en los pasillos palaciegos pero que ella no había podido confirmar noticias al respecto porque el Ministro de Defensa Reymi Ferreira se encontraba ocupado aclarando las denuncias de la oposición respecto a su Jefa de Gabinete, lo que equivale a que este funcionario no se había enterado de tales maniobras náuticas; circunstancia que la obligó a llamar en su ayuda a los yatiris, Mandraque, Kalimán y Titirico, para que le informaran sobre este hecho y sobre la reacción de algunas autoridades militares y civiles para contrarrestar la maniobra Chileno-Norteamérica. Fueron los brujos andinos que le comunicaron haber recibido ciertas órdenes para organizar ejercicios navales en la localidad de Tiquina, cerca de Copacabana contando con la participación de los barqueros del lugar, y pobladores de las localidades lacustres aledañas al pintoresco estrecho.
Esta noticia emocionó a mi discípula periodística quien me propuso viajar a San Pablo de Tiquina para que podamos dar cuenta en el país y en todo el mundo de que a pesar de ser un país mediterráneo y de contar con pocas unidades navales podríamos demostrar con hechos que las maniobras Chile-Norteamericanas no nos amedrentan y que los patriotas que aun quedamos podemos hacer frente a la fuerza y modernidad de esa flota marina del imperio que hoy trabajan cogidos de la mano con la armada chilena.
Ante tal posibilidad propuestas por la cochabambina nacida en Quillacollo, yo la seguiría por tierra y por mar como la siguieron a la famosa “Adelita” que se fue con otro según la canción popular mexicana.
De esa manera ya organizados fuera de la naval boliviana, responderemos a la versión enfadada de nuestro Capitán General del Estado Plurinacional y Folklórico que nunca intervino en ninguna batalla librada en los siete mares del mundo, lo cual es comprensible pues él sólo podía combatir en batallas terrestres.
Macacha emocionada me ofreció su colaboración periodística para seguir informando a nuestros lectores acerca de estas maniobras que nos parecen inoportunas porque la Dra. Bachelet se apresta a dejar el mando de su país al sucesor que podría ser Piñera o Guillier, nombres que ya figuran en la agenda de mi comadre cochabambina.
Columnas de PAULOVICH