Los Fondos de Capital de Desarrollo para PyMEs
Según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, en el rubro de las manufacturas y la industria, las pequeñas y medianas empresas (pymes) representan el 30% de las unidades productivas formales. En el caso del sector comercio y servicios, las pymes conforman el 27%, y entre ambos sectores suman cerca de 10 mil unidades en todo el país.
Los factores requeridos para el crecimiento de estas unidades productivas y comerciales pasan por mercado, innovación, tecnología y menor costo de formalización, además del financiamiento y, en especial, el tipo de recursos disponibles en la economía del país. Cabe anotar además, que el grueso de micro empresas, son el semillero de las pymes de modo que su potencial es muy grande en la economía.
El esquema tradicional y predominante en el país, desde la perspectiva financiera, es el crédito. La pyme con perspectivas de expansión se endeuda y tiene que comprometer garantías. Sin importar su desempeño, debe amortizar capital e intereses a una institución financiera y muchas veces el flujo que genera debe asignarse a pagar estas obligaciones. Las pymes en crecimiento tienen características puntuales que las diferencian de las empresas grandes y, por ello, el crédito aunque puede resultar adecuado para arrancar el negocio, a veces posterga nuevas inversiones en otras áreas.
Frente a esto, se conoce una modalidad de financiamiento distinta que implica que en vez de tener acreedores, las pymes tengan socios que le aportan capital. En lugar de apostar sólo al flujo de repago de deudas, los socios apuestan al crecimiento de las pymes y a su mayor valor. Acompañan su crecimiento compartiendo riesgos y también beneficios. Si a la pyme le va bien, gana el socio principal que es el dueño de la pyme pero también gana el socio minoritario que usualmente es un Fondo de Inversión. Este fondo nunca desplaza al emprendedor puesto que sabe que el valor de la pyme está en esa persona que conoce del negocio y es capaz de sacarla adelante.
En el camino, estos socios aportan con herramientas estándar para el desarrollo empresarial, convirtiendo un negocio muchas veces con organización precaria, en una empresa con procesos, controles, sistemas y gobernanza de clase mundial.
En Bolivia se observan avances limitados en este tipo de financiamiento. La regulación que permitió la operación de las Sociedades de Administración de Fondos de Inversión fue un paso importante pero aún insuficiente. Hoy existen operadores capaces de impulsar esta industria y lograr que en algunos años se produzca un cambio sustancial.
Para garantizar el éxito de este modelo, se requieren normas de protección a las minorías societarias, la posibilidad de que las empresas puedan recomprar sus acciones, y que se estructuren fondos con menos requerimientos de cobertura permitiendo de esta manera, mayor flujo de fondos a la compra de acciones de pymes, mecanismos que generen liquidez para la salida de las inversiones y fuentes de financiamiento, entre ellas una pequeña parte de los Fondos de Pensiones.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, conjuntamente la Bolsa Boliviana de Valores, han trabajado en una propuesta es este sentido. Se han preparado documentos y un proyecto de ley que se ha puesto en consideración del Gobierno, en el marco de 10 temas priorizados en el diálogo durante el presente año. Este tipo de iniciativas deberían dar paso a mesas de trabajo que generen resultados a la brevedad posible.
El autor es presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia
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