Lunes, 18 Junio, 2018 - 21:15
Cuando el manto de la noche cae en la ciudad los pasos acelerados de la gente, las bocinas, los sonidos de los celulares y las voces precipitadas crean una extraña armonía a la que parece estamos ya acostumbrados: el bullicio grita prisa. Poco a poco la quietud y el silencio se adueñan de los espacios. Y otra vida se empieza a respirar en Cochabamba, ahora con temperaturas de hasta cuatro grados centígrados.