Uno de cada 10 adolescentes se autolesiona en escape emocional
En Bolivia, uno de cada 10 adolescentes acude al “cutting”, es decir se autolesiona como buscando una forma de alivio al dolor emocional, según un estudio de la Asociación Boliviana de Lucha Contra la Autolesión (ABLA). De ese número, el 80 por ciento son mujeres.
Jalones de pelo, golpes en la cabeza y cortes en diferentes partes del cuerpo son algunas de las modalidades a las que acuden estas personas debido a que no saben cómo expresar sus emociones, explica el presidente de ABLA, Santiago Valda.
En 2017, la Defensoría de la Niñez registró 90 de estos casos, una cifra considerable en comparación con la gestión 2016, cuando se reportaron sólo 12 casos.
Corte
El “cutting” es una palabra en inglés que significa corte y es la forma más conocida de autolesión.
Los protagonistas buscan liberar sus angustias emocionales cortándose los brazos, muslos, abdomen o entrepiernas.
Los casos son más frecuentes en adolescentes de 13 a 18 años, aunque ABLA ha recibido también casos de niños de ocho años a jóvenes de 25, pero también se da en adultos.
“No es que la persona se quiera suicidar. Es un grito de auxilio, un alivio a su dolor. Al no poder lidiar con el dolor emocional, las personas encuentran alivio momentáneo a su sufrimiento haciéndose daño físico”, dice Valda.
ABLA atendió en 2017 a 36 pacientes, de los cuales cuatro eran varones. En lo que va de 2018, suman ya 11 casos, de los cuales sólo uno es varón.
Muchas veces, los adolescentes que se autolesionan han sido víctimas de abuso sexual, sufren violencia física, violencia psicológica, “bullying” u otro tipo de problemas, que no pueden expresar. En algunos casos, esto va acompañado de trastornos alimenticios o consumo de drogas.
Los padres
El experto indica que, en muchos casos, los padres son los responsables, porque a los hijos pequeños les enseñan que es malo expresar algunas emociones, como el llanto, miedo y otros.
Los padres desconocen qué es la autolesión y, cuando descubren que sus hijos se hacen estas heridas, los golpean o los castigan, lo que no es de ayuda. “Hay casos en que les dicen que ellos les van a cortar. No los tienen que juzgar; tienen que ayudarlos, no a curar las heridas superficiales, sino los problemas emocionales que les motivan a realizarse daño físico”, explica.
Valda añade que todos en algún momento de nuestras vidas recurrimos a la autolesión para equilibrarnos o autorregularnos cuando atravesamos por una situación difícil.
Se lesionan en clases
Los adolescentes también se lastiman en sus escuelas. “Cuando estaba en clase, una estudiante muy asustada me interrumpió para decirme que su compañera se había cortado con un estilete. Ella estaba sangrando mucho y cuando le pregunté por qué lo hizo me dijo que estaba muy nerviosa. Le revisé el brazo y tenía varias cicatrices”, contó una maestra.
Después de indagar, la profesora se enteró de que los progenitores estaban separados y que el padre se había distanciado mucho. “Al parecer, ella le buscaba y él no tenía intención de verla ni de asumir su rol de padre”.
Valda cuenta que también atendió un caso en el que un niño de ocho años se jalaba de los cabellos y se golpeaba la cabeza contra la pared.
Otra adolescente de 16 años se cortaba porque tenía un padre muy estricto, violento, que, además, al parecer, cometía abuso sexual con su hija. “Unas veces era muy estricto y otras extremadamente cariñoso y le hacía toques”. La paciente, además, tenía trastornos alimenticios e inhalaba clefa, pero sus padres nunca se enteraron.
Consejo
En otros casos, los padres trabajan mucho y los hijos se sienten solos. Valda cree que, debido a esta situación, en la mayoría de los casos los padres son responsables de la autolesión de sus hijos.
La institución les recomienda ser un modelo y enseñarles a manejar sus emociones para evitar este tipo de situación.
90 casos de “cutting”
En 2017, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Cercado atendió ese número de casos.
La ABLA trabaja en atención y prevención
La Asociación Boliviana de Lucha Contra la Autolesión (ABLA) pretende realizar, esta gestión, charlas de prevención en unos 13 colegios. La institución tiene un protocolo de atención en el que se capacita a los padres y maestros. A las personas que se autolesionan se les ayuda a lidiar con sus emociones y expresar sus sentimientos.
La asociación también brinda charlas grupales gratuitas, en las que los especialistas de ABLA enseñan a los participantes a manejar sus emociones. Los asistentes comparten sus experiencias personales si lo desean. “Nadie está obligado a nada. Si quieren, ellos pueden compartir su experiencia. Tampoco se habla de autolesión; se enseña cómo manejar las emociones”, dice el presidente ABLA, Santiago Valda.
La entidad también tiene intenciones de colaborar con las alcaldías del departamento para que atiendan los casos de “cutting” adecuadamente. “No estamos de acuerdo con los procedimientos que usan al descubrir las muñecas de los estudiantes en frente de sus compañeros. No nos parece correcto exponerlos de esa manera”, indica Valda.
Las charlas gratuitas son los martes a las 19:00 en el Centro de Para Trastornos Alimenticios, ubicado en el parque Demetrio Canelas, entre las calles Atacama y Arturo Reque Meruvia, número 300.
En países como Colombia, dos de cada 10 estudiantes se autolesionan, según la entidad de apoyo.
OPINIONES
"Muchos piensan que los jóvenes recurren a la autolesión porque quieren llamar la atención y no es así; ellos ocultan sus heridas, se lesionan en lugares que los demás no pueden ver".
Santiago Valda
ABLA
"Cuando detectamos un caso de ‘cutting’ brindamos apoyo psicológico para determinar qué está causando las autolesiones, también se realiza el apoyo a la familia".
Jhonny Bustamante
Defensoría de la Niñez