Qué es el “Chonchocorito” y por qué los vecinos quieren reactivarlo
Distante a 25 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, está ubicado Vinto Chico, en el municipio de Sipe Sipe, allí sus habitantes -hace algunos años- cansados de la delincuencia y la inseguridad en sus calles decidieron poner rejas a un túnel que forma parte de un canal de riego y utilizarlo como una celda para “castigar” a los vecinos que golpeaban a sus parejas o eran sorprendidos robando.
Los lugareños le llamaban “Chonchocorito” y su administración estaba a cargo del corregidor que era nombrado por la comunidad. Esto formaba parte de la organización de los vecinos para hacer frente a la delincuencia, que en ese tiempo azotaba a la zona y que según los vecinos “funcionaba” porque los casos de robos o violencia disminuyeron.
“Este era considerado uno de los sectores más peligrosos del departamento, una zona roja, realmente era peligroso vivir aquí”, contó un vecino.
Por esa razón, los pobladores se organizaron de tal manera que cada uno cumplía turnos para hacer patrullaje en distintos horarios, “inspecciones” en eventos sociales (fiestas), en la calle y, sobre todo, por los sembradíos de maíz porque esos lugares eran utilizados para delinquir.
El principal objetivo era corregir el mal comportamiento, ya que la presencia de la Policía por el lugar era mínima o nula.
“A veces venía la Policía y se llevaba a los ladrones o pegadores de mujeres”, relató María, una vecina.
Doña Margarita cuenta que una vez “tres mujeres entraron a un matrimonio y aprovecharon que los invitados disfrutaban de la fiesta para robar carteras. El que entonces era corregidor, las sorprendió. Las tres fueron arrestadas y permanecieron toda la noche en “Chonchocorito”.
¿Por qué se cerró?
Esta medida de seguridad, adoptada por la población de Vinto Chico, dejó de ser utilizada tras un incidente que por poco cobra la vida de una persona. Una noche un hombre que había golpeado a su pareja fue encerrado en este lugar, pero horas después cayó una fuerte lluvia provocando el desborde de río. Esto ocasionó que la improvisada celda se llene de agua y el hombre casi pierda la vida ahogado.
“Afortunadamente había una piedra ahí adentro, el arrestado se subió sobre la piedra, de esa forma es que logró salvarse de no morir ahogado”, contó otro vecino.
Tras este incidente, los pobladores y el corregidor, se vieron obligados a clausurar el emblemático “Chonchocorito”.
Sin embargo, ahora que nuevamente los comunarios se ven amenazados en este tiempo, sobre todo, por la presencia de pandillas juveniles, surge la idea de habilitar el “Chonchocorito” y al corregidor.
“Ahora otra vez están empezando a reunirse jóvenes por aquí. Son pandilleros que vienen de otros municipios, pero provocan temor. Principalmente, se reúnen en la noche, más que todo cuando hay fiestas”, aseguró otra vecina.
“Particularmente, yo no me opondría a que (el ‘Chonchocorito’) vuelva a funcionar, porque cuando funcionaba ya casi no había delincuencia aquí. Todos tenían miedo ser encerrados ahí”, contó una vecina.
Actualmente, esta zona cuenta con otro corregidor, encargado de la seguridad dede la zona. Aún existe la oficina del antiguo responsable, ésta se encuentra casi abandonada.
RASTRILLAJE
Operativos antidroga
El comandante general de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), Maximiliano Dávila, señaló que personas inescrupulosas se dedican al microtráfico.
“Dimos instrucciones a los directores departamentales de la Felcn para que coordinen con todos los colegios, para que coadyuven con la lucha contra el microtráfico”, señaló.
Los Operativos Mochila Segura se activaron con más fuerza en estos municipios.
Ausencia de la Policía persiste pese a promesas
Pobladores, estudiantes, maestros y vecinos de Vinto Chico —en Sipe Sipe— viven intimidados por grupos de jóvenes que se dedican a la venta y consumo de marihuana, además de robar y amenazar de muerte a los ciudadanos.
En octubre del año pasado, Los Tiempos publicó una nota que detalla que las pandillas en Sipe Sipe se apropian de las calles e incluso de la plaza principal de ese municipio. En las paredes se observan grafitis con los nombres de estos grupos juveniles que delinquen. Los más peligrosos son: Calle 13, P2 y Vatos Locos.
Ante este panorama la Policía así como la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotrafico anunciaron incrementar los operativos y los patrullajes no sólo en Sipe Sipe sino también en los municipios vecinos, pero a la fecha según los vecinos esto no ha ocurrido y el número de pandillas sigue creciendo, incluso varios jovenzuelos llegan de otros barrios para atemorizar y tomar posesión de otros espacios, así como plazuelas.
A penas llega la noche, los pobladores saben que también llega el peligro y no pueden caminar con tranquilidad por las calles, por eso evitan hacerlo.
Se escuchan peleas y en varias ocasiones incluso se conocieron casos de personas fallecidas y violaciones, que generalmente involucran a pandillas juveniles.
DECLARACIONES
Este era considerado uno de los sectores más peligrosas del departamento, incluso decían que era zona roja.
Por un tiempo logramos disminuir la delincuencia, con los correctivos implementados.
Vecino
Por ejemplo, tres mujeres entraron a un matrimonio y aprovecharon que los invitados disfrutaban de la fiesta para robar carteras.
Ellas fueron descubiertas y pasaron la noche en la celda”.
Vecina
Ahora otra vez están empezando a reunirse jóvenes por aquí. Son pandilleros que vienen de otros municipios, pero provocan temor.
Se reúnen principalmente en las noches y los días de fiesta.
Vecina