MISK’ISIMIS: Frases vallunas que enamoran
En Cochabamba tenemos una forma de hablar caracterizada por la picardía popular, lo que deriva en modismos propios, resultado de la combinación del español y el quechua. Con ello se tiene un compendio de palabras que pueden llegar a expresar un pensamiento, sentimiento o petición.
En tanto, se dice que los modismos son una expresión lingüística arraigada a las costumbres de los pueblos y Cochabamba tiene mucho que contar con relación a estas expresiones, porque tienen su propio color y ritmo. Además, los modismos son el lenguaje mismo del pueblo que se comunica a través de frases, palabras cortadas, alargadas o sonidos que hacen referencia a una determina acción.
El lingüista, comunicador y docente de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Alcides Calla Sotomayor, comenta que en Cochabamba se usan los regionalismos qhochalas, que son polisémicos, esto quiere decir que tienen más de un significado. Por ejemplo, la palabra k’aima se emplea principalmente para las comidas y significa “sin sabor”, pero también califica a las personas con falta de gracia, de encanto o de ánimo; por ejemplo: k’aima jovera, (una mujer sin gracia).
También se tiene la simbiosis del español con el quechua, que es un lenguaje dulce. Por eso, se dice que el cochabambino es misk’isimi (boca dulce). Por ejemplo, se utilizan las palabras papitoy (mi papito), caseritay (mi cliente), wawitay (mi bebé), k’achamozas (lindas), ch’askañawi (de ojos con pestañas grandes), chunkituy palomitay (mi tierno amado, mi amor), invitarime (invítame, por favor), entre otros.
En las calles, en las plazas, mercados y en todo lugar los cochabambinos intercambian formas de comunicarse que son características de cada región del departamento. Por ejemplo, en el mercado o en La Cancha, se suele conquistar a los compradores con algunos denominatiANA FLORES Los Tiempos vos como “caserito”, “la yapita”, “tan caro” y “rebajame, pues”. Asimismo, se utilizan las interjecciones para describir un sentimiento o una acción, como “alalay” que significa frío; “atatay” (dolor); “jau” (picor); “k’aj”, se emplea para ingerir bebidas alcohólicas, “aquí tienes la tutuma, dale un k’aj” o “kher” (ya estás muerto), y una frase muy popular es “k’er la gallina”; “lak’aj o lak’azo” (bofetada o sopapo); “much’ay” (besar); “ch’otoj” “Saz, le dio un ch’otoj”, “ch’atar” el candado, proviene del sonido: ch’at; “chust o chusta”, que significa cállate o silencio.
Calla resalta que otro regionalismo muy qhochala es “chaupinchar” que significa servirse un sorbo, puede ser de chicha, cerveza u otra bebida en medio de la comida: “Una chaupinchadita”, o “ch’awarado”, es decir a medias, o cuando quiere probar un poco de alguna comida por antojo se dice: le puedo dar Frases vallunas que enamoran Los cochabambinos siempre cantamos: Me gusta la chicha y el chicharrón, soy de Cochabamba, sí, señor. Los cochabambinos siempre decimos la comida siempre pasa con la llajua y mayllapipis. una “k’achudita”; o la famosa “wist’u vida” (vida torcida), que es una persona informal, que no cumple con sus obligaciones, y especialmente se dedica a la bebida y a las mujeres.
Además, de “qhalincho” (travieso, con mucha chispa) o “kancharse” (ganar dinero con trabajos fuera del horario normal). Pero no se podrían dejar de lado las palabras culinarias, como “fideus uchu”, es decir, ají de fideo, “jarwiuchu”, un delicioso plato aiquileño, o el uchu (ají o picante) y quién no conoce la llajua, una palabra quechua que no tiene traducción, pero sí mucho sabor. Los cochabambinos también acostumbramos utilizar “aquicito nomás es”, “más allacito”, “a la vueltita”, “cerquita es”, para referirnos a una dirección.