Alegre acogida de Experta en Crisis en Cochabamba
La película “Experta en Crisis”, protagonizada por la actriz Sandra Bullock, fue estrenada ayer en el Cine Norte de Cochabamba, sin ceremonias y con poco público, aunque sí se notó la alegría por las situaciones cómicas y el juego de reconocer hechos y personajes de la historia boliviana. El Cine Center también la anuncia en su cartelera.
La película está inspirada en el documental “Nuestra marca es la crisis”, de Rachel Boyton, que refleja el decisivo y silencioso rol que jugó la empresa estadounidense Greenberg Carville Shrum en las elecciones presidenciales bolivianas de 2002, en la que ganó Gonzalo Sánchez de Lozada.
Sin embargo, el filme dirigido por George Clonney hace muchos aportes ficticios que dejan como resultado una confusión inicial y el divertido juego de reconocer hechos y personajes de hace 13 años en Bolivia, además de plantearse una reflexión de lo que representa la política para los pueblos latinoamericanos.
Así, la película, filmada en varios lugares de Bolivia, termina siendo una batalla personal entre los jefes de campaña de dos partidos políticos bolivianos con mayores posibilidades de ganar las elecciones: Jane Bodine (Sandra Bullock), por un lado, y Pat Candy (Billy Bob Thornton), por la oposición.
También destacó la participación del actor nacional Reynaldo Pacheco, haciendo el papel del típico ciudadano ingenuo que cree en un candidato y se suma a su campaña.
En el desarrollo del argumento, se pueden ir reconociendo y diferenciando a personajes reales como Gonzalo Sánchez de Lozada (Castillo, en el filme), Manfred Reyes Villa (Rivera) y Evo Morales (Velasco). Y aunque el público identifica a primera vista a los candidatos de ese entonces, también saltan las diferencias de los personajes de la película con los de la vida real, desde la forma de vestir (Castillo lleva camisa y sin corbata la mayor parte del tiempo; Rivera viste con el saco típico de Evo Morales) hasta las situaciones cruzadas y ficticias de los candidatos. De allí la leve confusión y las risas del público.
También causaron algo de ruido los acentos mexicanos de algunos de los actores y la visión peyorativa de los personajes sobre Bolivia, pese a que en buena parte de la cinta se explotan paisajes paceños.
Pese a todo, el público termina por dar crédito a la historia, un juego divertido de reconocimientos, una historia ajena y propia a la vez de una contienda política.
Además, los casos develados de corrupción en la película, las promesas políticas incumplidas, la hipocresía de los candidatos y las maniobras maquiavélicas de los personajes, son un añadido que aporta un tema de debate para los espectadores sobre el rol de la política y sobre quiénes están detrás de ellos, conduciendo la campaña.