Probal procesa almendra desde Cochabamba para el mundo
La Procesadora Boliviana de Alimentos (Probal), una empresa con 30 años de vida en la región, deshidrata, envasa y exporta un promedio de 400 toneladas de almendras al año, una proeza que, sin embargo, no tiene como sede principal las regiones naturales de la castaña, Pando o Beni, como las otras empresas del rubro, sino Cochabamba.
Se trata de uno de los emprendimientos más titánicos considerando la recolección en los bosques tropicales, su trayecto hasta Cochabamba, su procesamiento sometido a rigor técnico y de inocuidad y su distribución a más de 12 países del mundo.
La firma perteneciente a la familia Maldonado comienza su tarea en las zonas productoras del fruto, de árboles silvestres. Probal invierte más de 14 millones de bolivianos anuales sólo en la adquisición de la materia prima, que es acopiada de más de 80 proveedores de las poblaciones de Riberalta, Guayaramerín, Cobija y El Sena (sobre todo de este último).
Según el gerente comercial de la empresa, Cayo Maldonado, el fruto acopiado con más su cáscara, es trasladado, mediante alquiler de camiones (60 por año, aproximadamente), en un viaje terrestre, que incluye el paso por La Paz y Oruro, hasta la planta procesadora en Arocagua, de Cochabamba. Esta travesía tomará más de tres días de viaje, si es que no hay bloqueos ni desastres naturales.
Proceso
Aquí, los más de 55 trabajadores recibirán las 1.300 toneladas anuales, que es la cifra que se necesita para lograr las 400 toneladas de exportación, pues más de dos tercios del peso total lo constituye la cáscara.
La primera fase del proceso es el secado natural, pues la almendra llega húmeda. El siguiente paso es la selección por tamaño, mediante una máquina cuyas bandas con orificios permite esta discriminación. La tercera, el tratamiento de ablandado mediante un sistema de calderos de vapor. En la cuarta etapa, las almendras serán sometidas al quiebre de las cáscaras mediante un proceso de movimiento centrifugado. Se busca que las almendras queden completamente peladas, pero también enteras (las quebradas son rechazadas en el mercado exterior). La siguiente fase será el horneado (para que los frutos viajen en condiciones óptimas de deshidratado), y, finalmente, el envasado al vacío.
El proceso continúa con el transporte de los contenedores, nuevamente en camiones, hasta el puerto de Arica (Chile), desde donde se repartirá al mundo. Son más de 12 países a los que se llega por temporadas. Los principales son Corea del Sur, Holanda, Alemania, Rusia, Estados Unidos, Inglaterra, Sudáfrica, Argentina, Canadá, Letonia e Italia. En estos países les dan otros usos, desde la repostería hasta la cosmética.
Todo este proceso, según explica Maldonado, implica para la empresa una inversión aproximada de 3 millones de dólares, parte financiamiento propio y parte bancario, lo que refleja el enorme desafío que implica llevar adelante esta empresa. Por todo ello, Probal se ha constituido en un referente de exportación en Cochabamba.
Artesanal
Probal cuenta, además, con un equipo de mujeres que realizan el descascarado manual. Según Maldonado, este proceso es de mayor calidad que el de las máquinas, tomando en cuenta la pericia de las mujeres. El problema es el costo y el tiempo.
Otro problema es el de las cáscaras. Más de dos tercios del paso total lo constituyen estas cortezas duras. Generalmente se las destina a trabajos de jardinería, aunque un proyecto a largo plazo de la empresa es convertirlas en abono orgánico.
RIGOR SANITARIO INTERNACIONAL
Probal lleva adelante el proceso de envasado al vacío bajo las más estrictas normas de sanidad e inocuidad, lo que va desde el uniforme hasta el control de ingreso de personal calificado.
Según explica Maldonado, las empresas internacionales, sus clientes, pueden permitirse realizar inspecciones sorpresa a la planta, por lo que Probal está permanentemente cuidando esta parte.
La firma cuenta con más de una veintena de certificaciones de inocuidad y salubridad, entre los que sobresalen el ISO 22000 (de alimentos) y las certificaciones internacionales de TÜV Rheiland y Kosher Certification, que avalan su calidad para la exportación.
UNA EMPRESA DE TRADICIÓN FAMILIAR
Probal es una empresa fundada por Óscar Maldonado, quien trabajaba con transportes terrestre y fluvial en Beni. Su visión empresarial le hizo apostar por traer la almendra beniana a Cochabamba, su tierra natal.
Actualmente, la empresa está dirigida por los hijos, Giovanna y Cayo Maldonado, gerentes general y comercial, respectivamente, quienes dieron a la empresa su tecnificación, certificación y proyección internacional.
Probal da más de 55 empleos y apoya indirectamente a 80 proveedores. Cuenta con más de 20 premios y distinciones sobre todo de Cámara de Exportaciones (Cadexco).