El Papa visita Auschwitz durante su viaje a Polonia
Oswiecim y Cracovia |
El papa Francisco recorrió en silencio ayer el campo de concentración de Auschwitz, donde rindió homenaje a las víctimas del nazismo y se reunió con supervivientes del Holocausto.
“Señor, ten piedad de tu pueblo. Señor, perdón por tanta crueldad”, escribió en español Francisco en el libro de honor del museo de Auschwitz.
Durante la visita, de casi dos horas, el Papa no pronunció ningún discurso y se reunió con 11 supervivientes de este campo de exterminio así como con 25 “Justos de las Naciones”, personas que salvaron judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
El Papa argentino llegó en automóvil desde Cracovia, entró a pie y atravesó solo y en silencio la puerta de entrada, sobre la cual reza la inscripción en alemán Arbeit macht Frei (El trabajo hace libre), con la que los nazis recibían a los deportados.
Después, se sentó en un banco y se sumió en un largo silencio, con los ojos cerrados, por unos 10 minutos.
Sobrecogido
Con el rostro serio y sobrecogido, Francisco se trasladó en un coche eléctrico al llamado Muro de la Muerte, donde los nazis ejecutaron a miles de prisioneros con un disparo en la cabeza.
Allí fue recibido por la primera ministra polaca Beata Szydlo, quien le besó la mano, inclinándose con reverencia.
El Papa se reunió después con un grupo de 11 supervivientes del campo de exterminio, entre ellos nueve polacos, dos judíos y un gitano.
Francisco, que proviene del país de América Latina con la comunidad judía más numerosa, intercambió unas palabras con cada uno de ellos, y luego encendió una vela ante el muro, que tocó con la mano. Un gesto simbólico seguido de una oración en la celda subterránea donde murió el santo polaco Maximiliano Kolbe, franciscano como él, quien dio su vida para salvar a un padre de familia.
La visita del Papa coincide con el 75 aniversario de la sentencia a muerte a Kolbe.
El pontífice latinoamericano visitó después el campo de exterminio de Birkenau-Auschwitz II, donde murieron la mayor parte de las víctimas en cuatro hornos crematorios y donde estaban ubicadas las mujeres.
El gran rabino de Polonia, Michael Schudrich, elogió la decisión del Papa argentino de permanecer en silencio durante su recorrido al campo.
CLAMAN POR TODOS LOS “EXCLUIDOS” EN VÍA CRUCIS
El Papa presidió en Cracovia un original y moderno Vía Crucis con los jóvenes de todo el mundo, durante el cual clamó por los “excluidos” de todo el mundo: pobres, enfermos, presos, desempleados, perseguidos, refugiados y emigrantes.
“¿Dónde está Dios si en el mundo existe mal, si hay gente que pasa hambre, que no tiene hogar, que huye, que busca refugio?”, se interrogó el Papa ante una muchedumbre variopinta de jóvenes de todas las nacionalidades reunidas en la explanada de Blonia.
“En esta tarde, Jesús, y nosotros con él, abrazamos con especial amor a nuestros hermanos sirios, que huyeron de la guerra. Los saludamos y acogemos con amor fraternal y simpatía”, reiteró el Papa.
“Estamos llamados a servir a Jesús crucificado en toda persona marginada, a tocar la carne bendita de quien está excluido”, dijo el Papa al término de las 14 estaciones, comentadas e ilustradas por bailarines de danza clásica, con vídeos y música para narrar los dolores y males del mundo moderno.