Cumbre del Clima de Madrid: crónica de un fracaso anunciado
Comenzó con mal pie y ha sido la más larga en la historia de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
La Conferencia de las Partes (COP25), mejor conocida como Cumbre del Clima, tenía que realizarse en Chile y terminó moviéndose a España, tenía que proteger el Acuerdo de París, el único convenio que puede de alguna manera evitar que se generalice el estado de emergencia que ya están sufriendo los países más vulnerables al cambio climático, pero no lo hizo; tenía que enviar un mensaje de unidad y confianza al mundo, y lo único que ha dejado es la certeza de que a los grandes países sólo les importa el dinero.
Para muchos ha sido un absoluto desastre, tanto que un grupo de activistas tiraron un camión con estiércol en la puerta del lugar donde se realizaban las negociaciones para expresar lo que pensaban de quiénes tenían que negociar un acuerdo en la COP25.
El resultado sólo ha satisfecho a Estados Unidos, Brasil, Australia y Arabia Saudí. Los ministros y negociadores estuvieron bajo presión para lograr un resultado favorable, presión que llegó fuertemente desde la sociedad civil y sobre todo de los jóvenes.
La llegada de Greta Thunberg, la joven activista sueca que ha revolucionado el mundo del cambio climático desde su primera huelga, sirvió para darles aún más voz, pero no para modificar la postura de los negociadores que han trasladado lo que tenían que hacer a la COP26 que se realizará en Escocia en 2020.
Obstáculos
La presidencia de la COP25, encabezada por la ministra Carolina Schmidt, quería que esta reunión sirviera para unificar las posiciones de los países en torno a darle fuerza al Acuerdo de París, pero el temido artículo 6 ( que habla sobre los mercados de carbono y su forma de ejecutarlos) y el WMI (relacionado a pérdidas, daños y a la compensación a los países damnificados por el calentamiento global), fueron los primeros y principales obstáculos que la COP25 no pudo sortear.
Los principales obstaculizadores fueron, además de Australia, Estados Unidos y Brasil, que por cierto encabezaron una cobarde campaña contra la adolescente Greta a través de los mensajes de los presidentes Donald Trump y Jair Bolsonaro, y China e India, que insistieron en que los países desarrollados entregaran el dinero que habían comprometido antes de 2020 como condición previa para cualquier discusión.
Un acuerdo que no fue acuerdo
Un grupo de países europeos se unieron al reclamo de los países más vulnerables para presionar por un acuerdo que tuviese reglas firmes y que asegurara la implementación del Acuerdo de París.
Sin embargo, no ha sido suficiente, y al cerrar la plenaria, una exhausta Carolina Schmidt admitió el fracaso de la reunión. “Los acuerdos alcanzados no son suficientes para enfrentar la urgencia de la crisis causada por el cambio climático. Las nuevas generaciones están esperando más de nosotros y tenemos la obligación de cumplir nuestra tarea”, exhortó.
Por su parte, Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, admitió sentirse decepcionado por los resultados de la COP25.
“La comunidad internacional ha perdido una importante oportunidad para mostrar que la ambición para lograr la mitigación, adaptación y financiamiento para enfrentar el cambio climático, ha aumentado. Pero no podemos rendirnos. Yo no voy a rendirme”, dijo en su cuenta de Twitter.
Como parte de ese acuerdo logrado entre los países más vulnerables y algunos países europeos, se presentará un plan para mejorar el objetivo de reducir significativamente las emisiones para 2030 y llegar a la neutralidad de carbono el 2050. Polonia fue el único que se excluyó del trato.
La COP25 llegó a su fin ayer en Madrid, después de prolongarse dos días, convirtiéndose en la cumbre más larga de la historia.
MERCADOS DE CARBONO
Una alianza, llamada Principios de San José, conformada por 31 países, liderada por Costa Rica, y que incluye a potencias como Suiza, Belice, Suecia, Dinamarca, Austria, Alemania, Francia, España, Perú, Paraguay, Colombia, ha exigido que se endurezcan las reglas para hacer funcionar el sistema sobre el comercio en el mercado de carbono.
Dentro del mercado de carbono, Brasil fue el jugador más sucio queriendo hacer que la reducción de emisiones de contabilice de forma doble. Su actitud exasperó a muchos, pero al final no se salió con su gusto.
CLAVES DEL ACUERDO
Mayor ambición. Incrementar la ambición de los países frente al cambio climático ha sido uno de los temas clave de esta cumbre.
Papel de la ciencia. El acuerdo Chile-Madrid de la COP25 reconoce que las políticas climáticas deben ser permanentemente actualizadas en base a los avances de la ciencia.
Transversalidad. Confirma que la lucha contra el cambio climático es una cuestión transversal que afecta a ámbitos como las finanzas, la ciencia, la industria, la energía, el transporte, los bosques o la agricultura, entre otros.
Océanos y usos de suelo. Estos puntos han sido dos de los más debatidos en el plenario, ante el intento de Brasil de que se retirase el articulado, si bien al final se sumó a la postura general.
Género. Se acuerda un nuevo Plan de Acción de Género para impulsar la participación de la mujeres en la negociación internacional del clima.
Financiación. El acuerdo contempla dar directrices al Fondo Verde del Clima para que, por primera vez, destine recursos frente a las pérdidas y daños que sufren los países más vulnerables a los fenómenos climáticos extremos.