Paraguay, ante su elección presidencial más incierta de los últimos años
Los paraguayos votarán el domingo en su elección presidencial más incierta de los últimos años, para elegir entre el economista de 44 años Santiago Peña, del gubernamental Partido Colorado, quien está acusado en Estados Unidos de corrupción y vínculos con el terrorismo, y el abogado Efraín Alegre, al frente de una coalición de centro-izquierda.
El conservador Partido Colorado ha gobernado desde 1947, incluso como sostén político del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989), con excepción de un breve período de tinte progresista liderado por el exobispo Fernando Lugo en 2008 y que terminó anticipadamente en 2012 con un juicio político.
Pero el malestar social por las deficiencias en la salud y la educación, acentuadas durante la pandemia de covid-19, la corrupción endémica expuesta al mundo por una potencia extranjera y la inseguridad ligada a la narcocriminalidad podrían impulsar un cambio político.
“Es un proceso electoral muy singular. Hay dos proyectos en pugna: uno de continuar con un sistema de 70 años de hegemonía y el otro proyecto de concertación, un experimento político inédito en Paraguay, que aglutinó a distintos partidos de centroderecha a izquierda”, dijo a AP Diego Abete Brun, profesor en ciencias políticas y director del programa de estudios Latinoamericano y Hemisféricos de la Universidad George Washington.
Las últimas encuestas plantean un empate técnico, un escenario inédito pues, aunque en las anteriores elecciones de 2018 el actual presidente colorado Mario Abdo Benítez ganó con una diferencia de 3,7 por ciento a Alegre.
“En este momento, los estudios sugieren elecciones cerradas, con un escenario que no parece claro”, dijo el experto. “Es un final reñido, pero veo más viento a favor de la oposición”.
Como principal desafío a la hegemonía del Partido Colorado aparece la Concertación para un Nuevo Paraguay con el candidato Efraín Alegre, líder del tradicional Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y acérrimo opositor a Cartes.
Este abogado católico, de 60 años, buscará por tercera vez la presidencia y para que sea la vencida se asoció a fuerzas muy heterogéneas que tienen en común su rechazo al oficialismo.