En quechua no existe el adiós
Universidad Indígena, Unibol Quechua
Casimiro Huanca
Desde la concepción occidental los encuentros interpersonales tienen un principio y final, es decir, la despedida es un hasta pronto, decir adiós o chau marca un fin, implica una ruptura, sin embargo, nuestros antepasados no conocieron esta forma de culminar la conversación. Cabe mencionar, que el quechua es una lengua basada en la filosofía andina del ayni, “cooperación y solidaridad mutua”. El idioma está enfocado en el prójimo, cada actividad de una persona condiciona o es consecuencia del acto de otra persona. En ese contexto, desde un análisis lingüístico no existen las palabras hola y adiós.
En cuanto al uso de la palabra hola como saludo, es una palabra en español usada como saludo informal, no denota interés alguno en el prójimo, sin embargo, esta palabra no existe en el quechua, porque en quechua toda acción está enfocada en la otra persona. De hecho, el quechua refleja la naturaleza afectiva de sus hablantes, acogedor y familiar.
En quechua cada palabra tiene un trasfondo espiritual y un significado que nos muestra otra visión de la vida, otra epistemología. La palabra que más se aproxima a hola es “imaynalla”, ¿cómo estás?, que denota interés por el estado de la otra persona.
En cuanto al uso de la palabra adiós como despedida; es un término que se usa para despedirse, es decir, si una persona dice adiós a otra está dando por terminado un encuentro, una conversación, no denota interés en volver a encontrarse. Por consiguiente, esta palabra al igual que hola en quechua no existen. La frase que se usa para despedirse es “tinkunakama” (hasta que nos volvamos a ver), la cual refleja el deseo de volver a encontrarse en un futuro con la otra persona, pero nunca un adiós, porque el adiós implica que no se va a volver a ver a alguien. El significado de “tinkunakama” es la promesa de un nuevo encuentro, continuación, prolongar la comunicación sin establecer un final definitivo.
Desde esa lógica, es impresionante la grandeza y sabiduría que tenían los quechuas. La cultura quechua no sólo permanecía en su arquitectura, organización, tradición, lengua, sino también en su temperamento amigable, en la bondad inherente de sus gentes.
Columnas de Nestor Negretty Gallego