El Gobierno municipal y el bien colectivo
Luego de semanas de debate ciudadano, el Concejo Municipal estaría deliberando para abrogar la ley de incentivo a edificaciones sustentables, en reconocimiento de su equivocada aprobación, inmediatista y de beneficio prioritariamente particular. El hecho asiente desinterés de autoridades por lograr el bien colectivo o total desconocimiento. Yo creo que hay desinterés.
Para corroborar lo indicado, evoquemos algunas “obras”: la ley de edificaciones sustentables beneficia a un minúsculo grupo de constructores, pero la ciudad gana nada; las normas harían sustentables edificios, pero no existen obras que harían sostenible la ciudad; se prevé cambiar el uso de suelo en Albarrancho en contra del interés ambiental colectivo; los pasos a desnivel incentivan más velocidad, no aportan espacio público y benefician solo al transporte automotor; se permite la ocupación de suelos sobre la cota 2.750 en beneficio de actores con poder político/económico; se acepta el cierre de puente en barrio El Mirador para seguridad de unos en desmedro de todos; se incentiva incumplimiento de normas de edificación para regularizar y beneficiar a aquellos que han roto la regla; se permiten lotes de engorde (3.200 hectáreas en área metropolitana) y se amplía la mancha urbana sobre suelos agrícolas; se permite tala de árboles en favor del interés económico de pocos. Toda la población consume agua contaminada, pero se incentiva que empresas puedan seguir vendiendo el recurso embotellado.
El Gobierno municipal tiene tan poco interés en el bien colectivo, que desde 1980 no ha planificado la urbe, ha dejado todo al mercado y logró un área rural cada vez más reducida, una ciudad contaminada y una calidad de vida deteriorada.
Urbanista
Columnas de JUAN CABRERA