Las mujeres y sus 12 trillones de dólares
Para McKinsey Global Institute, una de las firmas globales de investigación financiera y económica de mayor reputación mundial, fue contundente en el último Foro Económico Mundial: las mujeres tienen un sólido potencial de aportar a la economía mundial la brutal cifra de 12 trillones de dólares, en beneficio directo del crecimiento global, en tan sólo cuatro años.
¿Cuál es la barrera? La inequidad de oportunidades para acceder a cargos ejecutivos de responsabilidad empresarial, ya no sólo a nivel gerencial, sino también en los directorios con voz y voto decisorios. Las mujeres controlan aproximadamente el 65% de las decisiones de compra totales en bienes y servicios a nivel global. Es decir, no sólo tienen poder de decisión de compra, sino además, que podrían influir en el diseño de negocios inclusivos y más rentables.
En toda la transversalidad de pequeño y medianos negocios, el rol de la mujer junto a su visión integral e integradora, de mayor consenso y visión de inclusión social, marca un camino certero de cambio propositivo para un potenciamiento de las economías regionales. Ya no sólo es un tema, meramente moral o de deuda histórica de género.
En Bolivia, según estudios de la Universidad Católica Boliviana (UCB), el 43% de las mujeres emprendedoras, lo hace por necesidad. Para alimentar a su familia. Así de complejo. La banca es la principal fuente de financiamiento al que acude el 58% de las madres para iniciar una actividad, pero enfrenta montañas de papeles y documentos. El resto, hace gigantescos esfuerzos para autofinanciar su actividad.
Para McKinsey, las mujeres comparten una visión universal de la economía. Su desafío más que personal e individualista, excede sus propios intereses, ya que su motor genético como madres, hijas, esposas y compañeras de trabajo, encienden su motor interno que las lleva a buscar una vida mejor para su ambiente familiar y laboral.
Para los expertos, cada vez que las mujeres emprenden un proyecto social, político y económico, lo hacen siempre con este objetivo mayor: el bienestar común entre todos. Suena a fábula, y hasta incluso a un realismo mágico. Pero los indicadores son contundentes.
Trabajan con independencia, valentía y con un propósito muy marcado, que beneficia tanto a sus familias, como a sus comunidades y, por supuesto, a las empresas donde trabajan.
Es por ello que se sostiene que las mujeres son colaborativas. Y lo son porque se apoyan en una serie de redes locales y, ahora, virtuales, que les permiten de alguna u otra manera, inspirar y compartir responsabilidades en conjunto y son mucho más proclives a ofrecer laboral y mostrar empatía con los demás.
Una de las consumidoras y prosumidoras más agresivas en estos tiempos digitales, son las mujeres. Se organizan en sus labores académicas, crean grupos colaborativos en los colegios para proteger a sus hijos, trabajan junto a las maestras de los colegios, construyen tejido social, fiscalizan, controlan y arman una red económica constante.
Sin duda alguna que la tecnología, es la herramienta que democratiza el acceso a las oportunidades de toda índole. La tecnología móvil permite que todas las actividades propias de una sociedad como la educación, las finanzas, sean accesibles para todos.
Entre las conclusiones del Foro Económico Mundial, ya se dejaba en constancia que las redes, manejadas estratégicamente, son una forma muy creativa de extender el uso de la tecnología y superar barreras para conectar a las personas y crear redes de apoyo entre mujeres.
En los países desarrollados, el móvil es la tecnología con una mayor capacidad de empoderar a las mujeres y a sus comunidades.
Finalmente, la accesibilidad a nuevas habilidades y destrezas es un punto de inflexión en la mejora de la calidad de vida de la mujer, pero los expertos advierten, que, además, el auténtico progreso aumentará, siempre y cuando los hombres también sean educados en apoyar el el empoderamiento de las mujeres. Un empoderamiento mutuo y en torno a la generación de oportunidades equitativas de género.
El autor es comunicador



















