Sesión de honor en el “bonito edificio”
Uno de los actos más solemnes de la celebración de la independencia de Bolivia es la sesión de honor de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Es tal la relevancia de ese evento, en el que el Parlamento inaugura cada año sus sesiones ordinarias, que su fecha y lugar están enunciados de manera explícita en la Constitución Política del Estado (CPE).
“La Asamblea Legislativa Plurinacional inaugurará sus sesiones el 6 de agosto en la Capital de Bolivia, salvo convocatoria expresa de su Presidenta o Presidente”, dice el artículo 155 de la Carta Magna, y así ha ocurrido desde que vivimos en democracia.
Pero este año, Sucre, la capital del Estado, no será la sede de esa sesión, porque así lo decidieron las autoridades del oficialismo y, en consecuencia, el vicepresidente del Estado y presidente de la Asamblea Legislativa ha emitido la “convocatoria expresa”, para que se realice en La Paz.
Nada dice la convocatoria acerca de las razones del cambio de lugar de esa sesión que tradicionalmente se lleva a cabo en la Casa de la Libertad de Sucre, en la misma sala donde hace 196 años se firmó el Acta de la Independencia de la República.
La razón que parece más evidente para ello es que la Asamblea tiene apuro por estrenar sus nuevas y costosas instalaciones. Eso lo confirma un diputado masista de Chuquisaca: “El principal motivo para que no (se) pueda sesionar en Sucre, (…) para el 6 de agosto ha sido, pues, la entrega de este nuevo hemiciclo”, indicó el legislador este miércoles en La Paz, al remarcar que el “bonito edificio” es “muy monumental, grande y con mucha inversión”, reporta el diario Correo del Sur.
Es posible que exista otra motivación para el cambio de lugar de la sesión de honor. Nadie la menciona, pero es posible conjeturar que, si existe, sea parte de la estrategia oficialista de consolidar el centralismo en la gestión del Estado.
Y hay otra iniciativa —esta, del Presidente de Diputados— que podría traducirse en una práctica novedosa en la Asamblea Legislativa. “Estoy pensando, para los que ya son parlamentarios vamos a sacar un instructivo: para poder usar la palabra, que salude por lo menos en idioma originario; no saluda, no tiene la palabra. Para ser parlamentario, hemos presentado un certificado (sobre) si hablamos una lengua originaria, cuando nos encontramos con los diputados decimos: ‘¿Qué habla usted, hermano?’, ‘yo quechua’, entonces, salude en quechua”, explicó.
Es difícil encontrar una utilidad práctica o una carga simbólica a esta iniciativa, pero viene del presidente de la Cámara Baja, la cuarta autoridad más importante del país.