Aprendamos de McDonald’s
Es muy probable que hayas escuchado algo sobre el brote de Escherichia coli (E. Coli) en las hamburguesas de McDonald’s en EEUU. E. Coli es una bacteria que existe en nuestro cuerpo, normalmente en nuestros intestinos donde nos ayuda con la digestión. Pero cuando aparece en otro lado de nuestro organismo puede ser muy peligroso. Hasta ahora, 90 personas se han enfermado, 27 personas han sido hospitalizadas y una ha fallecido. En el instante que se supo que las infecciones podrían originarse en las hamburguesas de un restaurante en particular, McDonald’s las sacó del menú.
En primera instancia, las autoridades pensaban que la carne de las hamburguesas estaba contaminada. En general, la carne es muy susceptible a la contaminación a gran escala por bacterias. Es justo por este motivo que existe mucho más control en toda la cadena alimenticia donde hay presencia de carne. Es importante mantenerla en la cadena de frío y tomar precauciones en su preparación.
Obviamente, McDonald’s toma muchas medidas al respecto porque no quiere tener problemas. Sin embargo, la investigación excluye a la hamburguesa. ¿Entonces donde estaba el problema? El origen estaba en las cebollas que funcionan como complemento en la hamburguesa. Como las infecciones ocurrieron en diferentes restaurantes, la investigación se enfocó en el proveedor de las cebollas. Temporalmente McDonald’s suspendió las compras de cebollas.
Cada año en los Países Bajos, se reportan alrededor de 5.000 personas con infecciones relacionadas con los alimentos. El numero real es probablemente mucho más alto, porque la mayoría no va a consultar con un médico porque se recupera por sí mismo en casa. Sobre la causa exacta no hay buenos números. Existen muchos puntos en toda la cadena alimenticia donde algo podría salir mal, algún punto situadoen el trayecto que va desde la producción hasta la cocina del consumidor.
De alguna manera, tenemos que confiar en la producción, el transporte y el vendedor. Pero también podemos tomar medidas nosotros mismos. Primero, es importante que guardemos nuestras compras lo más rápido posible en la heladera, particularmente si los alimentos requieren refrigeración. En la preparación, es importante prevenir las contaminaciones cruzadas, y no usar el mismo plato y cuchillo para la carne y las verduras. Por último, tenemos que freír bien la carne y lavar las verduras. Y cuando se come fuera de casa, dar una mirada a la cocina del restaurante, y si no confías, mejor no comas ahí.
Podemos prevenir muchas infecciones alimenticias con buenos hábitos y controles nosotros mismos.
Columnas de ARNOLD HAGENS