¿Sólo celular y redes? Los jóvenes asumen protagonismo en las calles
Todas las mañanas al despertar, Nicolás Castellón, un joven de 18 años, enciende su celular para ponerse al día con su grupo de WhatsApp, de más de 200 integrantes, y conocer las últimas noticias sobre el curso de las denuncias del fraude electoral, discutir con sus compañeros y saber qué puntos de bloqueo hay que atender ese día.
Tenía cuatro años, cuando Evo Morales tomó el poder, y no conoce a otro Presidente. Este año votó por primera vez, y ya tuvo su primera decepción democrática. Por eso, decidió participar expresando su protesta no sólo en redes sociales, sino también en las calles.
Aunque casi todos los días ha estado asignado a la esquina de la Jordán y Oquendo, en la puerta de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), a veces, el grupo de WhatsApp, lo llama a reforzar puntos de bloqueo en Quillacollo o en la Muyurina, donde el martes pasado hubo enfrentamientos con los sectores mineros y los transportistas.
Sus compañeros tienen una rutina similar, y utilizan también el celular y las redes sociales para esta dinámica.
Esta situación parece dar al traste ese preconcepto de que los jóvenes de hoy en día son sólo millennials y centennials, inmersos en el smartphones, en redes sociales, y desconectados de la realidad político-social del país. Al contrario, en el último conflicto social, los jóvenes han utilizado las redes sociales no como un fin, sino como un medio de información al instante, debate político, toma de conciencia y hasta de convocatoria y organización para la participación en las calles.
En esa apreciación coinciden la socióloga María Teresa Zegada, el comunicador Marcelo Guardia (quien lleva dos años de estudios en el tema) y Marcelo Durán (también comunicador con estudios en jóvenes y redes sociales).
“No sólo en Bolivia, sino a nivel general en las últimas dos décadas la imagen de los jóvenes ha sido de indiferencia, cierto desdén por la actividad política, el bien común, el compromiso, más bien caracterizado por el individualismo. Y sin embargo, ahora se los ve haciendo un fuerte activismo en las calles”, observa Zegada.
Por si fuera poco, el propio presidente Evo Morales reconoce tácitamente este protagonismo, aunque, para deslegitimarlo, acusa a los jóvenes de salir a las calles “por platita” o “por notita”. También está la implícita amenaza de muerte que hace el asambleísta paceño Gustavo Torrico a los jóvenes y sus madres. Ambos políticos oficialistas están conscientes de su protagonismo, y son los mismos jóvenes los que se encargaron de responderles, nuevamente a través de redes sociales.
Millennials
La generación “millennial” concentra un 46,12 por ciento del padrón electoral habilitado para los próximos comicios generales de octubre. Un total de 3.216.774 ciudadanos habilitados, de los 6.974.363 que componen el padrón nacional, tienen entre 18 a 35 años, según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
¿A qué se debe este protagonismo? “Es como un fermento que se ha ido acumulando en la mente de los jóvenes desde los primeros afanes del Presidente y su partido de mantenerse en el poder (21F, 28N, habilitación, primarias, campaña desigual, elecciones, manipulación de datos y un fraude, no confirmado oficialmente, pero latente”, explica, por su parte Guardia.
“Lo curioso es que son justamente el sector al que el mundo adulto lo considera apático, desconectado, alienado y desinteresado: los que chatean todo el día en el ciberespacio”, añade Guardia a tiempo de identificar el gran distanciamiento que existe entre los adultos y los jóvenes de ahora.
Los “ninguneados”
Por su parte, Durán observa que la edad media en Bolivia es 23 años, una buena parte del padrón está dentro del segmento millennnial (de 25 a 34 años), y otra centennial, que han votado por primera vez.
“De pronto son ninguneados, desplazados por el adultocentrismo, al creer que son digitales, que no están comprometidos con la realidad, que solamente quieren la pantalla, y esta idea de ponerlos en su sitio y hacerlos madurar a fuerza de la experiencia que nosotros queremos transferirles, de pronto nos está estallando en la cara”, añade.
Sin embargo, de alguna manera, desde hace dos años, cuando comenzó esta contienda política se empezaron a repetir los mismos rostros, se hizo una demanda latente de los jóvenes, explica Durán, al interpretar cómo los jóvenes saltaron de las redes sociales para tomar las calles.
Millennials fueron 46% del padrón
Más del 45 por ciento de los más de 7 millones de personas del padrón electoral, que estaban habilitadas para votar el pasado 20 de octubre, estaba conformado por bolivianos de entre 18 y 35 años (bautizado con el nombre de millennials).
La generación X, conformada por personas entre 36 y 50 años, y los baby boomers, con edades a partir de los 51 años, tienen una participación en el padrón del 27 por ciento, cada una.
Los millenials pasan la mayor parte del tiempo en páginas web y redes sociales. Están muy informados y ello explica por qué la publicidad tradicional les influye cada vez menos.
Otras preocupaciones son la corrupción, el desempleo, el narcotráfico y el bajo nivel de la educación. Valoran bastante la libertad de expresión.
Demandas concretas e improbable futuro formal
¿Quiénes los representan? ¿Cuáles son sus demandas? ¿Hasta dónde piensa llegar? Los analistas consultados por este medio coinciden en que si bien ha sorprendido la masiva participación de los jóvenes en los últimos conflictos sociales, sus demandas son muy distintas a las de generaciones pasadas.
María Teresa Zegada explica que si las juventudes de antes tenían intereses bastante generales, como cambiar la sociedad, los jóvenes de ahora tienen demandas más concretas, como el medio ambiente, defensa de los animales, lucha contra la violencia de género.
Así, en la coyuntura actual, sus demandas son la defensa de la democracia y su rechazo al fraude, o en el caso de las juventudes masistas, la defensa de Evo Morales, explica Zegada.
¿Quiénes los representan? A esto, Marcelo Durán explica que no tienen representantes. Si bien comparten demandas con los cívicos, no se sienten representados, por ejemplo, con Luis Fernando Camacho, que tiene más un liderazgo empresarial, o con la conformada Democracia Cochala, donde figuran personas que van de los 40 años para arriba.
Sin embargo, para Durán, eso, lejos de ser un problema, es una virtud, porque son los mismos jóvenes lo que se empoderan y representan, se convocan por redes sociales y validan su información, sin participación directa en los sistemas institucionalizados de la sociedad.
Con estos antecedentes, se desprende que, una vez que pase este conflicto, los jóvenes volverán a recluirse en los espacios privados de la vida cotidiana.
El divorcio con los adultos
Para el comunicador Marcelo Guardia, los adultos exigen a los jóvenes, pero sólo les devuelve exclusión y marginamiento. Las redes sociales son su principal espacio de articulación, comunicación, producción y circulación de identidades, algo que los adultos no entienden e insisten en que los jóvenes son inconscientes y viven fuera de la realidad.
“Una de las formas más burdas que tienen los adultos de ejercer poder excluyente es afirmar que los jóvenes no tienen ideas ni proyecto. Lo que pasa es que la comunicación entre jóvenes y adultos se rompió hace años”, concluye.
Análisis
“Participan con gran compromiso por su interconexión con las redes sociales”
En las últimas dos décadas, la imagen de los jóvenes ha sido de indiferencia, desdén por la política, el bien común, compromiso. Y sin embargo, ahora se los ve en un fuerte activismo en las calles.
En Bolivia, la política, si bien aún está anclada en partidos y sindicatos (la COB), desde hace algunos años discurre por otros escenarios, como calles, redes sociales y participación individual. Ante esta situación, los jóvenes se han visto interpelados a participar y no necesariamente con una convicción programática clara, sino convocatorias concretas y claras: respeto al voto y rechazo a la reelección.
Esta generación, que parecía muy dormida, de pronto se ve con participación muy abierta. El Presidente los acusa de ir “por notita o platita”, no ve convicción ideológica. Pero los jóvenes participan con gran compromiso y esto se debe en gran medida a esta gran interconexión a través de redes sociales. María Teresa Zegada-Socióloga*
“Estas acciones en la calle prueban que los jóvenes están muy bien conectados”
La participación de los jóvenes se debe a que su futuro estaría comprometido si aceptan un nuevo periodo del MAS. Supone que deben aceptar y convivir con la crisis del Estado de derecho, la corrupción en instancias y organismos claves del Estado. Los millennials están en redes sociales, generando formas rápidas y efímeras de producción de conocimiento, de verdad, sus modos de articulación y sintonía con la sociedad adulta, que le exige y sólo le devuelve exclusión y marginamiento. Las redes sociales son su principal espacio de articulación, comunicación, producción y circulación de identidades ininteligibles para los adultos, que se empecinan en que los jóvenes son inconscientes y viven fuera de la realidad. Estas acciones en la calle son una prueba de que están muy bien conectados, ubican lo que pasa y se resisten a entrar en un mundo que para ellos está podrido de corrupción, falta de valores e hipocresía. Marcelo Guardia Comunicador social*
“La participación de los jóvenes es una ruptura de esquemas institucionalizados”
La participación que tienen los jóvenes es una ruptura de esquemas institucionalizados. La política hasta ahora ha sido la de votar por una persona que me va a representar en el Estado, ya sea Gobernación, diputado, senador, ahora hay un ejercicio directo, yo quiero escribirle una carta al Alcalde porque quiero esto, yo quiero organizar un evento y quiero que el Gobernador vaya. Estamos saltando la representatividad justamente porque no hay representatividad.
Los jóvenes no tienen representatividad y esa ausencia es una virtud, en el sentido de que tú te puedes empoderar. Un chico con su teléfono y whatsApp convoca, hace memes, llama, sube, postea, etiqueta, chicos que en apariencia estaban muy desconectados de la realidad, hoy transmiten en vivo lo que dice Fernando del Rincón. Creo que se despierta algo de forma interesante, pero no se traduce en un ejercicio directo. Marcelo Durán Comunicador experto en RRSS*