Mayores cuidados y temor, la difícil cuarentena para niños con cáncer
Mariana (nombre ficticio) tenía cinco años cuando le comenzaron a sangrar levemente las encías. A diferencia de la energía que caracteriza la infancia, ella solía sentirse cansada. Una caída le inflamó el brazo y un mes después unos moretones asomaban en sus pies. Sus papás la llevaron al pediatra y la derivaron al Hospital del Niño de la ciudad de La Paz. El diagnóstico: leucemia.
“Para toditos ha sido, como abrir los ojos y levantarse en una pesadilla. Hasta ahora ya dos años del tratamiento no puedo creerlo, levanto a mi hija y no puedo creer que haya pasado tantas cosas, pero sigue aquí y vamos a seguir adelante”, recuerda su mamá, Carolina (nombre ficticio).
Las plaquetas, transfusiones de sangre, internaciones, el uso de quirófanos fueron grandes gastos para la familia, en aquel entonces. Carolina tuvo que usar sus ahorros y sueldos íntegros. La rutina de sus otras dos hijas también cambió, mientras los papás se dedicaban a cuidar a Mariana.
La pequeña ahora recibe quimioterapia de manera semanal. Su sistema inmunológico es delicado, por lo que necesita de una buena alimentación y estar en ambientes desinfectados donde se evite que existan gérmenes, bacterias o algún virus. En estas circunastancias es parte de la población vulnerable del Covid-19.
Una tarea que se complicó tras las medidas restrictivas asumidas en el país para evitar la propagación del coronavirus.
“Ellos reciben semanalmente su quimioterapia y es difícil, y los que están empezando es un terapia de ataque. Cuando hay una pausa, la enfermedad viene más fuerte. Con todo ese miedo, tenemos que armarnos, nos dicen a veces exagerados, es mejor parecer exagerados”, señala Carolina.
Carolina relata que ahora es difícil ir a la farmacia por medicamentos, o ir en busca de algún alimento, debido a las restricciones. Pero entiende la gravedad de la pandemia.
Mariana y su mamá viajan en un bus, junto a otras 7 familias, tras realizar su quimioterapia. Las calles están vacías por la restricción. Tras exigir que se permiso de circulación, el gobierno brindó dos vehículos uno en La Paz y otro en El Alto.
“Para nosotros esta cuarentena ha sido otro tormento, a pesar que lo que vivimos día con día porque nosotros día a día tenemos que corretear por algún medicamento a la farmacia, por alguna emergencia al hospital, por algún alimento que les pueda ayudar “, cuenta Teresa (nombre ficticio) que tiene un hijo de 4 años, y que viajan junto a Carolina.
Una de las cosas que le preocupa a Carolina es la falta de cuidados que tienen las personas frente al coronavirus. Y que podría afectar a su hijo, a pesar del cuidado que ella tenga.
Además que ahora es más difícil para ella adquirir frutas y verduras frescas debido al incremento del precio. Y cuenta que si reclama, las vendedoras se enojan y en algún caso tuvo que enfrentar estigmas, cuando le cuestionaban “Que le habrás hecho a tu hijito para que tenga cáncer”.
Teresa lamenta esa actitud y señala que a veces las personas no entienden hasta que les sucede a ellas.
Desde Santa Cruz, Ana Figueroa de la Asociación de Personas con Cáncer señala que entre los problemas se encuentra la falta de donantes de sangre y plaquetas.
Figuera contó sobre la importancia de las organizaciones de voluntarios, que ayudan con alimentación de los papás con hijos internados puesto que por las restricciones no pueden encontrar almuerzo cerca.
En cuanto al transporte, algunos voluntarios se ofrecieron para el traslado de para que reciban su tratamiento.
Durante estos días de cuarenta entre 3 y 4 niños fallecieron tras su lucha con el cáncer. Las mamás señalan que los niños pueden presentar complicaciones en su salud de un momento al otro.
Poco tiempo antes de que inicie la expansión de la pandemia, los papás de niños con cáncer peían a las autoridades de Santa Cruz que se amplíen los pabellones del Oncológico.
Figueroa espera que las autoridades atiendan sus demandas tras superar el estado de emergencia por el Covid-19.