Música: El sorprendente triple concierto del Trío Apolo
JULIÁN PONTÓN
Compositor ecuatoriano
Este pasado viernes 1 de agosto, hemos tenido el placer de asistir al concierto Gala Bicentenario realizado en el hermoso teatro Achá, del Trío Apolo acompañado por la Orquesta de Cámara “Luz del Alba” y el conjunto de instrumentos nativos “Sikuris del Alba”. El motivo era, como para todos los eventos culturales del mes en el país, la conmemoración del Bicentenario de la independencia de Bolivia de la corona española. Hecho fundamental en la historia libertaria de Bolivia, tomando en cuenta que aún nos queda por recorrer un largo camino hacia la segunda y definitiva independencia como nación latinoamericana.
Durante la primera parte del concierto la interpretación del trío Apolo fue magistral. Fue posible apreciar un ensamble bien consolidado con la experiencia y solidez que solo brindan el trabajo diario y tesonero a través de los años.
Evidentemente, Emilio Aliss es un gran intérprete del piano. Demuestra un dominio de los diferentes estilos musicales, expuestos al público, con obras de grandes compositores bolivianos. De igual manera es de elogiar la destreza y musicalidad de Ariana Stambuk en el cello, capaz de expresar una exquisita sensibilidad interpretativa que seguramente la extrae de su conexión con la tierra, como pudimos luego conversar con ella (toca en concierto con los pies descalzos). Fabio Luciano Vargas, el violinista del trío, posee una interpretación cabal llena de emoción, capaz de ser transmitida con toda fidelidad al público que lo escucha.
En la segunda parte del programa, asistimos al estreno mundial del Triple Concierto titulado “Luz del Alba” del maestro y compositor boliviano Gastón Arce Sejas, obra encargada por el mismo Trio Apolo. Consideramos que esta obra se constituye en un verdadero hito en el desarrollo de la identidad musical de Bolivia y Latinoamérica por su contenido musical y perfecta simbiosis o sincretismo entre el pensamiento occidental y el de los antiguos pueblos de los Andes. La orquesta demostró un importante nivel profesional y se mostró a la altura de semejante acontecimiento logrando una interpretación precisa y sensible. Los intérpretes de instrumentos nativos ingresaron con una sikureada ceremonial desde el público, produciendo una magia auditiva y visual que sobrecogió a la audiencia y así se mantuvo a lo largo de todo el concierto.
La interpretación de la obra de Arce Sejas fue emotiva y nos permitió vivir la esencia y belleza de la misma a lo largo de sus tres movimientos.
El compositor utiliza, aparte de su gran dominio tanto de los instrumentos occidentales como nativos, lenguajes puntillísticos, atonales, en ciertos momentos tonales y micro tonales que se evidencian sobre todo con el ingreso de las tarkas, preciosos instrumentos bolivianos que, por su propia construcción, generan intervalos atemperados diferentes a los del temperamento occidental.
Arce Sejas ha realizado un trabajo de fusión de dos pensamientos y lenguajes musicales diferentes. Los instrumentos andinos como los sikus y las tarkas tienen un temperamento variable en contraste con la afinación claramente establecida de los instrumentos occidentales ajustados al sistema tonal funcional. La mezcla inteligente de estos dos sistemas ha producido una genial simbiosis de colores y lenguajes que reflejan la existencia identitaria del pueblo boliviano y de varios de los pueblos latinoamericanos, denotando una nueva realidad social y cultural pujante y vigorosa en la contemporaneidad.
En resumen, este concierto tuvo un éxito merecido y una gran acogida por parte del público cochabambino y nosotros como invitados extranjeros, provenientes de un país hermano como Ecuador, que asistimos y disfrutamos del mismo.