El 2022 cierra marcado por la caída de ingresos y mayor informalidad
En 2022 se acentuó la caída de ingresos económicos para el país y el aumento de la informalidad como la principal alternativa de supervivencia del grueso de la población ante la falta de empleo de calidad, de acuerdo al análisis de especialistas.
Por primera vez desde hace varios años, Bolivia gasta más comprando combustibles que vendiendo gas natural. El déficit fiscal continuará en 2023 por noveno año consecutivo, las Reservas Internacionales Netas (RIN) disminuyen de a poco, la deuda pública sube rápidamente, el medioambiente es sacrificado para las actividades extractivas, y el trabajo informal es prácticamente la única alternativa para millones de bolivianos, apuntó el economista Gonzalo Chávez.
"Hay una situación de deterioro del modelo económico del Gobierno que está haciendo aguas por todo lado, pero sobre todo porque no tiene la gallina de los huevos de oro, que era la elevada producción de YPFB. No habiendo esos recursos, lo que vivimos en estos años es un incremento de la deuda a un total de 80 por ciento del PIB", manifestó Chávez.
El economista Mauricio Ríos dijo que "en la medida que no haya modificaciones estructurales en la economía, debido al nivel de agotamiento del modelo, éste va a explotar por los aires".
Bolivia pasó de percibir una renta petrolera de 5.489 millones de dólares en 2014 —durante el boom de los hidrocarburos— a 3 mil millones de dólares en 2022 aún con los altos precios del petróleo, pues esta vez la disminución se debe al declive de la producción al punto más bajo desde 2010.
Desde 2014 —en la época de bonanza— el país registra un déficit fiscal que no para y que se repetirá en 2023 con 7,5 por ciento del PIB, según lo proyectado. Es decir que se gasta más de lo que se gana.
Las RIN cayeron de 13 mil millones de dólares en 2015 a 4 mil millones a fines de este año.
La deuda pública —interna y externa— subió hasta representar el 80 por ciento del PIB y va en aumento.
Aunque algunas organizaciones estiman que el empleo informal llega al 80 por ciento de la población boliviana, una publicación de Bloomberg Línea en agosto de este año señala que el 90 por ciento de los bolivianos tienen empleos informales sin acceso a seguro de salud.
En las calles es común escuchar que no hay trabajo, que se debe ser del partido (MAS) o estar sometido a él para tener un trabajo con salarios por encima del mínimo, caso contrario quedan las calles para ganarse la vida, o alguna actividad al margen de la legalidad para obtener mayores réditos.
Una de estas opciones es la minería del oro (legal e ilegal) que se ha extendido en el país a costa de la conservación ambiental que tanto pregona el Gobierno, pero que ha sido omitida en sus políticas públicas.
Lo positivo
Chávez dijo que es positivo que, pese a este panorama, "se mantenga la estabilidad, aunque con un alto costo para el Gobierno. Es positivo que la inflación esté baja, pero esto es marginal, los desafíos son mucho más complejos que los temas positivos".
Ríos coincidió: "De positivo no tiene absolutamente nada. Es una ilusión que la economía esté estable porque se están postergando los efectos a cambio de agravarlos, y mientras más se posterga más grande será la explosión".
Por otro lado, el tipo de cambio fijo también ha sido resaltado por los economistas. Aunque se teme una devaluación, el Ministerio de Economía ha asegurado que no se aprecia indicadores para aplicar esta medida que causa temor en la población.
Subvenciones
El Ministerio de Economía informó que la subvención a los hidrocarburos y algunos alimentos continuará con un fondo proyectado de 1.160 millones de dólares para 2023, después de que este año pasara lo presupuestado (737 millones) y alcanzará los 1.500 millones.
Ríos dijo que "no hay manera de seguir sosteniendo" las subvenciones, que se traducen en aumento de deuda y de impuestos para el futuro.
Chávez consideró que con ingresos disminuidos será cada vez más difícil mantener los subsidios. Acotó que el Gobierno debía apostar por crear las condiciones para que se generen nuevos empleos de calidad, en lugar de prometer a la población productos subvencionados mientras la precariedad laboral sigue creciendo.
Hay un déficit de $us mil millones
A octubre, Bolivia exportó 2.529 millones de dólares en hidrocarburos e importó 3.657 millones en combustibles, generando un déficit energético superior a los mil millones.
El Gobierno aseguró que se debe tener en cuenta la venta consolidada de hidrocarburos (que incluye GLP, urea y otros), que este año cerraría con 5.900 millones de dólares.