Gary Suárez, coordinador en el Iniaf: “En 2026 se espera alcanzar el 5% de la producción de palma para biodiésel”
Una de las alternativas promovidas por el Gobierno de Luis Arce para que el país reduzca su dependencia de la importación de combustibles fósiles es la producción de agrocombustibles. El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) tiene un rol importante en este proyecto: investigar y asegurar el cultivo de unas 46.000 hectáreas de palma aceitera y macororó.
No es un trabajo menor, puesto que este instituto está destinando casi un 50% de su presupuesto total hasta 2026 (391 millones de bolivianos) para alcanzar este objetivo.
No obstante, los resultados (al menos del principal cultivo, la palma), no se verán, sino hasta dentro de dos años, precisamente para 2026, y sólo en un 5%. El 100% se alcanzaría para 2030.
Mientras el país atraviesa por preocupantes interrupciones en el suministro de diésel de origen fósil, debido a la escasez de dólares para adquirirlos rápidamente.
En entrevista con Los Tiempos, el coordinador del Programa Oleíferas, Gary Suárez, explica los avances del proyecto, los retos y su intención de no instalar los cultivos sin generar mayor deforestación.
- ¿En qué etapa está el programa de oleíferas ahora?
- El programa comenzó a finales de 2018. El año pasado, fue de consolidación, se empezó con la producción de plantines de macororó, se descartaron otras variedades, como la jatropha, se vio que lo más viable es el macororó y la palma aceitera para la producción de aceite vegetal.
- ¿Hasta qué año es el programa?
- Es al 2026. Con el macororó ya terminamos la etapa de investigación y ahora se empezará el proceso industrial. Tenemos proyectado, para este año, 276 hectáreas, y para el próximo llegar a las 5.000 hectáreas.
La palma aceitera es distinta porque brota de una semilla y debe crecer en un invernadero y luego pasar a campo y demora unos tres años que madure y empiece a producir. En este momento, tenemos un millón de plantines y hasta fin de año proyectamos 6.000 hectáreas cultivadas de palma.
- ¿En qué departamentos?
- En siete departamentos, todos menos Potosí y Oruro.
Nosotros debemos trabajaron con la Industria Boliviana de Aceites Ecológicos (IBAE), que construirá las plantas para producir aceite y trabajará a su vez con YPFB para el insumo del biocombustible.
- ¿Aprovecharán plantas nativas?
-Sí. Estamos en proceso de acopio de macororó silvestre, ver la viabilidad económica e industrial para su explotación. Lo mismo estamos haciendo con las palmas nativas en Bolivia.
Estamos tratando de tener lazos con instituciones especializadas, con Embrapa de Brasil, que es el símil del Iniaf. Ellos tienen a nivel de palma el totaí, que es el del potencial oleífero más alto que tienen. Estamos trabajando con ellos para añadir esa variedad.
- El investigador Daniel Robison proponía dejar de lado las plantas foráneas y trabajar con las nativas, ya que podrían tener mejor rendimiento y menor impacto ambiental. ¿Es así?
- La palma aceitera es una variedad ya domesticada e industrializada. Para un proceso industrial, necesitas una variedad domesticada, ese proceso se sigue con el totaí, pero aún no está a nivel domesticado.
Al final eso se refleja en los costos, la viabilidad económica de lo que estás produciendo. La palma aceitera es siete veces más productiva que la soya y sólo deforestas una vez.
La idea nuestra no es deforestar, sino reemplazar campos ganaderos y barbechos improductivos.
- ¿Cuántas hectáreas hacen falta para alcanzar la meta de 2026 en producción?
-En palma aceitera 37.000 hectáreas hasta 2026. El macororó es complementario y ahí tenemos hasta 9.000 hectáreas.
- ¿Implicaría deforestación o se tienen barbechos para todo esto?
- Ya hay terrenos que están. El problema es convencer a los productores que en esos terrenos se coloque la palma. Es altamente competitivo y puedes ganar mucho más dinero.
Hay el riesgo que quieras expandir la frontera agrícola, eso es cierto, pero es un tema más de control que haga el Estado, porque si hay un producto competitivo o que genera ingresos tenderán a hacer esto, sobre todo cuando tus tierras se vuelvan improductivas.
- ¿Para este total de 46.000 hectáreas cuánto haría falta deforestar?
- No, por decir, estamos llegando a un acuerdo con productores en Villa Montes que tienen 400 hectáreas que ya están impactadas.
Además, el tema de la palma es nuevo y hay costos en los que incurrir los cuatro primeros años. ¿Vas a incurrir en deforestar cuando sabes que tu producción es en el cuarto año?, difícil.
La idea principal es cultivar en lugares ya impactados.
- ¿El 100% de la producción al 2026 se podría hacer en lugares ya deforestados?
Sí, completamente. Ese es el plan, porque económicamente es más viable para el propio producto.
- ¿Cuánto se espera extraer de aceite para el biocombustible?
- Se están construyendo cuatro plantas, una en Ixiamas, una en Yucumo, otra en el Chaparey otra en Villa Montes, ésta será exclusiva para macororó y soya.
En macororó se debe llegar, con el nativo y el importado, a unas 6.500 toneladas métricas de aceite, que va a acompañar a la producción de aceite de soya en Villa Montes.
Con la palma aceitera, nosotros terminamos el proyecto el 2026 y se empieza con el 5% de la producción. Entonces, para esas fechas se tendría como 6.223 toneladas métricas de aceite, que es el 5% del potencial productivo.
- ¿Cuándo se alcanzaría el 100%?
- Yo creo que a partir del quinto año que la palma ya esté. O creo que a partir del 5to año que la palma ya esté.
- ¿En 2030?
- Sí, más o menos.
- ¿Y macororó mucho antes?
- El macororó es como la soya, es inmediato.
- Hay un pronunciamiento del Consejo Indígena Tacana para no permitir el cultivo de palma en su territorio. ¿Cómo afecta esto?
- Aquí todo es voluntario. Como ocurrió en Colombia, Perú, Brasil, siempre hay ONG que intentan demonizar el tema de la palma.
Lo más importante que genera la pobreza es que empiezas a deforestar. La mejor viabilidad que puede tener un producto es que sea sostenible. La palma, a diferencia de la ganadería, te genera mayor sostenibilidad y mayor ganancia.
Si hay ONG que van en contra es porque sí hay muy malos ejemplos en Asia de deforestación masiva; pero la alternativa va a seguir siendo la ganadería, la soya, el arroz. Cuando empiece a moverse la maquinaria industrial no va a ser este producto, sino otro.
Es un producto industrial y tiene sus problemas, pero la idea es reemplazar actividades, como la ganadería y la soya.
- Me dice que el impacto ambiental dependerá del enfoque, ¿qué impacto ambiental se ha calculado y cuál es el enfoque que el Iniaf está utilizando?
- Lo primero que se está haciendo para firmar los convenios con los comunarios es saber qué tipo de terrenos se están utilizando. Que no sea bosque primario, que no tengas que tumbar nada, porque no nos conviene a nosotros incurrir en más gasto sabiendo que al próximo año la planta no te dará un centavo. Tienes que esperar al tercero, y sólo es 5%.