El béisbol prosigue en Nicaragua, pese al coronavirus latente
El béisbol, considerado el “deporte rey” en Nicaragua, sigue sin parar con ambiente de jolgorio en algunos estadios, y con apenas medidas de prevención para evitar el contagio del coronavirus SARS-coV-2.
La liga semiprofesional Germán Pomares Ordoñez reúne a 18 equipos de los diferentes departamentos (provincias) de Nicaragua pero vive dos realidades desde antes de la pandemia del coronavirus.
Por un lado, al Estadio Dennis Martínez, en Managua, acuden apenas aficionados, no así en las ciudades del interior del país, donde hay menos entretenimiento, y los campos se desbordan, según constató Efe.
En el Dennis Martínez, considerado “el mejor de Latinoamérica” por la Confederación Panamericana de Béisbol (Copabe), en un día de libranza acudieron unos 200 aficionados, un poco más del 1 % de su capacidad.
En la entrada del campo, que debe su nombre al mejor pelotero nacido en Nicaragua y primer latinoamericano en lanzar un juego perfecto en las Grandes Ligas, un guardia de seguridad, sin ningún tipo de protección, recibe a los aficionados y les rocía agua con cloro en las manos.
Ese es el único procedimiento de higiene en ese moderno estadio situado en el centro de Managua.
DEPORTE EN UN “MUNDO PARALELO”
Las precauciones para evitar el contagio del coronavirus SARS-coV-2 en esos estadios prácticamente no existen, y si las hay son inaplicables ante la realidad en esos campos de juego donde los aficionados están uno sobre otros, y mezclados con los vendedores de comida y bebidas alcohólicas y no alcohólicas.
A diferencia de la liga de fútbol, que se juega a puerta cerrada, el béisbol vive en el interior del país un universo paralelo. Hasta ahora, sólo el jugador Robbin Zeledón, de 21 años, se ha negado a seguir jugando por temor al contagio, y fue suspendido un año “por abandono”.