Aurora perdió por 8 a 3 ante Vasco da Gama
Aurora sucumbió (8-3) ante Vasco da Gama en partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana, jugado ayer en el estadio San Januario, de Río de Janeiro; se despidió del torneo de forma insospechada (o presumible por la derrota, pero no por el resultado) y echó por lo suelos las esperanzas de su hinchada en Cochabamba y la afición deportiva en el país, que a falta de buen desempeño de la Selección Nacional esperaba que Aurora saque cara por Bolivia en el exterior.
Pero no sólo la derrota se trae Aurora, de Brasil, sino la renuncia del director técnico Julio César Baldivieso, que la hizo conocer en el camarín a los jugadores, quienes le pidieron que la retire.
Al celeste cochabambino sólo le queda jugar el torneo Móvil de Entel de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, donde es puntero de la serie “B” con 15 puntos de manera solitaria.
Los goles del equipo cochabambino fueron marcados por Andaveris, a los 16’ del primero tiempo, Diomedes Peña, de penal, a los 27’ de la segunda etapa, y Segovia, a los 43 de esa misma fracción.
En Vasco da Gama, se repartieron los goles Bernardo, a los 8’ de la primera etapa, Alecsandro, a los 38’ y 44 de esa misma fracción, Leandro, a los 3’ de la segunda parte, Juninho, a los 24’, Bernardo, a los 31’, Douglas, a los 36’ y cerró las cifras Allan cuando se cumplían 45’ y el partido se acababa.
UNO MENOS
A Aurora le persiguió como en otros tantos partidos la maldición de las expulsiones; Galindo salió expulsado a los 36’ de la primera parte y el cuadro valluno jugó con 10 hombres ante Vasco por casi 60 minutos. Demasiada ventaja para un equipo brasileño y más aún en condición de visitante.
Hasta antes de la expulsión de Galindo, Aurora empataba a un tanto con Vasco, resultado con el que pasaba a cuartos de final de la Sudamericana. Era el momento de manejar la pelota en el medio campo, aquietar el juego y jugar con la desesperación del rival. Galindo ya tenía una amarilla, la segunda estaba casi cantada, por consiguiente, su expulsión.
Pero esto no fue leído correctamente por el técnico Baldivieso, que mantuvo al carrilero hasta que salió del campo de juego expulsado por el árbitro paraguayo Julio Quintana, contemplativo con los jugadores brasileños. Lo correcto era sacar a Galindo cuando tenía el cartón amarillo para evitar su expulsión, que se veía muy clara, inclusive a la distancia, meter hombres de buen trato a la pelota en el medio y ensayar contragolpes. Nada de eso ocurrió. Después, vino la noche.
Si bien el 8-3 suena y es goleada, lo rescatable son los tres goles que convirtió Aurora a Vasco en su propio estadio, lo que da para pensar qué hubiera ocurrido si el equipo celeste jugaba completo.
En total, en octavos de final, Aurora marcó seis goles a Vasco da Gama y recibió nueve, diferencia que le impidió acceder a cuartos, pese a que igualó la campaña de su ocasional rival, es decir, una victoria en casa.
Sólo sirve para la estadística y de consuelo. Lo cierto es que anoche Aurora se despidió de la Copa Sudamericana.