Juegos 2018 no fueron el impulso del deporte nacional que se esperaba
La falta de políticas sistemáticas de apoyo y para uso de la infraestructura que dejaron como legado los XI Juegos Suramericanos Cochabamba 2018 impidió que este evento, calificado como el mejor de la historia, se convierta en el impulso para el desarrollo del deporte nacional, tal como lo fue Medellín 2010 para el deporte colombiano.
“Es la mejor infraestructura que unos Juegos han dejado en la historia del deporte nacional para el país, pero gran parte de esa infraestructura está inutilizada, porque si bien se hicieron las obras falta implementar una política de sostenimiento y de uso no sólo de los niños, sino también de las selecciones”, aseguró Marco Arze, presidente del Comité Olímpico Boliviano (COB).
Cochabamba 2018 dejó escenarios deportivos de primer nivel, en algunos casos con la tecnología y condiciones incluso para recibir panamericanos y mundiales; pero en su mayoría no tienen el uso para que sean el impulso para el crecimiento no sólo de la disciplina, sino sobre todo de los deportistas de élite.
Arze explicó que, mientras no exista un relacionamiento entre el Estado con las federaciones, no podrá generarse un desarrollo deportivo eficiente que lleve al Bolivia a igualarlos logros de otros países sudamericanos a nivel mundial y olímpico.
“Falta una política nacional para lograr el relacionamiento entre el Estado y las federaciones para que se pueda hablar de un desarrollo deportivo eficiente. Por este motivo, en la participación internacional estamos como siempre: pensando fundamentalmente en el boleto, el pasaje, en la vestimenta, donde los procesos de entrenamiento son dejados al esfuerzo del atleta y las federaciones”, explicó Arze.
De la misma opinión es Marco Luque, presidente de la Federación Atlética de Bolivia (FAB), uno de los deportes que más infraestructura de primer nivel heredó. Pese a que es también la disciplina que más utiliza estos escenarios, la falta de una política de apoyo sostenido y sistemático impide que los resultados a nivel internacional sean mejores.
“El atletismo fue uno de los deportes más ganadores de los Juegos 2018, porque no sólo se construyeron pistas atléticas en Cochabamba, sino en varios sectores del trópico, que hoy en día la federación aprovecha todas; lo malo fue la falta de implementación, porque el único material deportivo que llegó fue para los Juegos que está en el Cefed y ninguna de las otras pistas tiene equipamiento, eso es una barbaridad”, dijo Luque.
Para el titular de la FAB, los Juegos sí fueron un impulso para muchos atletas, porque además llegó un programa de fomento desde el Estado, aunque no fue sistemático, porque se trató de premios económicos no diferenciados por los logros obtenidos a nivel internacional por los atletas.
“Digo no sistemáticos porque no se hacía una diferencia de que si eres (medallista) Bolivariano ganas cinco (en premio económico); si eres Sudamericano, 10, y si eres Olímpico, 20. Eso no existe. Tampoco hay un apoyo previo, porque no sólo se puede premiar el final, eso es ganar sobre lo hecho. Lo importante es el apoyo para llegar a esa meta y no sólo al atleta, sino también al entrenador”, sostuvo el directivo.
Luque puso como ejemplo el apoyo que reciben las federaciones de atletismo de Perú (700 mil dólares) y Ecuador (un millón de dólares), recursos con los que ellos pueden planificar campamentos de entrenamiento en el exterior, competencias y otros.
“Sin recursos, sin dinero, es difícil planificar. Creo que el Gobierno debería buscar un sistema de generar un programa sistemático de fomento a los atletas a través de las federaciones, para que con ese presupuesto se pueda pagar a los entrenadores, a quienes al recibir un sueldo se les puede exigir resultados, pero si no es un empleado, si el que le paga es el atleta de vez en cuando, ¿qué se les puede exigir?”, acotó Luque.
Un ejemplo de la diferencia de los resultados que se pueden lograr con y sin apoyo es el obtenido por la peruana Kimberly García, quien fue medalla de oro en los Juegos de 2018 y hace unas semanas logró un segundo lugar en la Copa de marcha La Coruña, mientras que la boliviana Ángela Castro, plata en 2018, que estuvo a punto de retirarse del deporte de alto rendimiento por la falta de apoyo, conquistó el puesto 69.
LOS CEFED, SIN POLÍTICAS PARA UN USO MASIVO
REDACCIÓN CENTRAL
Los Centros de Formación y Entrenamiento Deportivo (Cefed) de La Tamborada y Villa Tunari, si bien después de varios meses que estuvieron totalmente cerrados volvieron a funcionar, aún no se ha conseguido que estos trabajen con todo su potencial.
“El uso que se le da es escaso ante la importancia que significa tener semejante infraestructura. Tenemos un hotel que tiene más de 400 camas en La Tamborada y 500 en Villa Tunari, que prácticamente están en desuso la mayor cantidad de días al año y eso evidentemente no es para lo que se planificó”, lamentó Marco Arze, presidente del Comité Olímpico Boliviano (COB).
El titular del COB dijo que se podrían generar otras políticas para que los Cefed sean más funcionales, a través de un mejor relacionamiento con las federaciones.
Antes, con el convenio entre las federaciones y el exministerio de Deportes, se logró en un solo año llevar adelante 12 torneos internacionales, 61 nacionales y siete talleres en los Cefed, que beneficiaron a más de 13.800 deportistas de 23 disciplinas.