Fósiles: hallan espermatozoides gigantes y antiguos
Un equipo internacional de paleontólogos descubrió los espermatozoides más antiguos jamás encontrados. Han aparecido en el tracto reproductivo de una hembra de una minúscula especie de crustáceo hasta ahora desconocido que vivió en el Cretácico, hace cien millones de años, en Myanmar. Al parecer, la hembra quedó atrapada en ámbar después de aparearse. Una curiosa foto fija del pasado.
Los investigadores creen que Myanmarcypris hui, nombre científico que ha recibido el crustáceo, es un ostrácodo. Así lo indican claramente los pares de válvulas calcáreas que forman el caparazón, cuya forma recuerda a la de una concha de mejillón. Los ostrácodos existen desde hace 500 millones de años y se han descrito miles de especies modernas. Se encuentran en los océanos y en lagos y ríos de agua dulce. Las conchas fosilizadas no son de ninguna manera raras, pero los especímenes conservados en ámbar birmano revelan detalles de sus órganos internos, incluidos los involucrados en la reproducción. “Los hallazgos nos dieron una oportunidad extremadamente rara de aprender más sobre la evolución de estos órganos”, dice la geobióloga Renate Matzke-Karasz, de la Universidad de Múnich.
Durante el período Cretácico, los ostrácodos debieron de haber vivido en las aguas costeras e interiores de lo que ahora es Myanmar, que estaban bordeadas por bosques dominados por árboles que producían enormes cantidades de resina. Los especímenes recién descritos se encuentran entre los muchos organismos que quedaron atrapados en las gotas rezumantes de la sustancia pegajosa.
Más largos que ellos mismos
Los nuevos especímenes fueron analizados con la ayuda de reconstrucciones de rayos X 3D asistidas por computadora. Las imágenes revelaron asombrosos detalles de la anatomía de estos animales, desde sus diminutas extremidades hasta sus órganos reproductivos. Fue en un ejemplar femenino donde los investigadores descubrieron las células del esperma gigante.