DESDE LAS REDES
Hace más de 20 años estudié la carrera de historia del arte teniendo claro que su campo laboral era estrecho y que posiblemente me esperaba una vida de privaciones, pero sabiendo al mismo tiempo que no existía otra cosa que me apasionara tanto en la vida como la historia.
En los últimos días se han publicado los resultados de algunas encuestas, que dan primacía a ciertos potenciales candidatos (recordemos que todavía no tenemos ningún candidato oficial, las encuestas han salido sumamente adelantadas al proceso electoral). Este temprano lanzamiento es síntoma del malestar que existe en el país como parte de la creciente crisis económica y de la decadencia institucional que hacen desear un giro de timón al boliviano.
Desde hace tiempo, mi pareja y yo estamos transmitiendo lives en TikTok hablando sobre la situación política, económica y social del país; aunque no tenemos la cantidad de televidentes que tienen los que venden ropa y electrodomésticos, nos hemos hecho un bonito espacio que es seguido todos los domingos por quienes comparten nuestra afición por la política, la historia y la economía.
Qhinchha en aymara significa aciago, nefasto o de mal agüero, pero también adúltero, porque en la cosmovisión aymara quienes van contra los votos matrimoniales se suelen asociar con la mala suerte; de ahí que a un divorciado le digan “qhinchha katin qatati”, como alguien que anda arrastrando la cadena con la que fue unido en la boda.
Esta palabra proviene del latín augurius, compuesto de aui (ave) y gusio (oír) así que literalmente augurio sería “escuchar a las aves”, ya que en la antigüedad, un modo de saber el porvenir de las cosechas, de una batalla, etc. era viendo las entrañas de diferentes aves y con base en eso, saber si preocuparse o alegrarse.
Los años han pasado, pero sigue en nosotros la inquietud de la incertidumbre, en particular en tiempos como éste, de crisis económica y política.
Estos son los frentes que se conforman para encarar las elecciones de 2025 (Alianza por Bolivia Unida y Solidaria-Albus, Bunker Tercera República, Cambio 25, Primero La Gente y Partido Liberal Boliviano, con sus principales figuras visibles: Rodrigo Paz Pereira, Agustín Zambrana Arze, Carlos Börth Irahola, Vicente Cuellar y Antonio Saravia. Paréntesis de Los Tiempos).
Claro que ninguno tiene personería jurídica, pero son optimistas como dos adolescentes que se enamoran y creen que serán felices para siempre.
Y no me refiero a las que dicen los políticos. Esta palabreja ha de sonarles mucho a los fanáticos —como yo— de Un Cuento de Navidad, de Charles Dickens, ya que en su versión traducida al castellano, la original humbug se convierte en “paparruchas”; ambas expresiones sirven para referirse a noticias falsas o desatinadas sobre un suceso, aunque actualmente es más común llamarlas fake news.
Durante los últimos días, periodistas, analistas y ociosos han estado preguntando por el Milei boliviano como quien busca petróleo y piensa que será su salvación. Y es que la impresionante victoria del actual presidente argentino, que está demostrando buscar un cambio, ha hecho pensar a muchos en Bolivia que podemos quizás, milagrosamente, repetir la historia de nuestro vecino.
En el contexto del surgimiento de nuevas agrupaciones políticas ante la decadencia del MAS, he oído mucho el término “libertario”, asumo que debido a la influencia del político Javier Milei quien se autodefine como tal. El libertarianismo en el siglo XXI es asociado con la economía liberal y se establece como el oponente del llamado socialismo del siglo XXI.